Terminar con el desperdicio de alimentos
En un mundo donde hay personas que no comen bien (o que no comen) es inconcebible que se pierdan alimentos debido a una gestión inadecuada en su producción y almacenamiento, o se desperdicien en el proceso de preparación y consumo.
O, peor aún, que se conviertan en basura porque desde lo estético no son aceptables para el mercado, aunque nutricionalmente estén en perfectas condiciones, como ocurre -sobre todo- con las frutas y verduras, que ante la menor “manchita” o muesca, ya no son “apetecibles” para los consumidores.
A nivel mundial, alrededor de 735 millones de personas siguen pasando hambre y aproximadamente el 14% de los alimentos que se producen se pierde desde que se cosecha hasta que llega a los mercados. Y a esto se suma que minoristas y consumidores terminan desperdiciando otro 17 %.
Los niveles más altos de pérdidas ocurren en alimentos ricos en nutrientes como frutas y verduras (32%), carne y pescado (12,4%).
Las ineficiencias a lo largo de la cadena alimentaria y en el consumo también tienen un gran impacto en el medio ambiente. Por tanto, la prevención de la pérdida y el desperdicio de alimentos puede ayudar a combatir el hambre y las consecuencias del cambio climático, a causa de la emisión de gases de efecto invernadero.
En Argentina se pierden unos 16 millones de toneladas de alimentos, lo que representa el 12,5 % de la producción agroalimentaria nacional. Más allá de las cifras (que ya de por sí son elocuentes), estos números significan que millones de personas ven comprometido su presente y su futuro, por una reducción en la disponibilidad y el encarecimiento de los alimentos disponibles a causa de esta situación.
Las estadísticas exhiben que entre 2021 y 2022 hubo avances en la reducción del hambre en América Latina y en Asia pero el flagelo social siguió creciendo en Asia occidental, el Caribe y todas las subregiones de África.
Quien no accede a una buena alimentación -en especial desde la infanciatendrá más complicado su desarrollo en todos los aspectos. A la vez, su salud muy probablemente se verá comprometida con el paso del tiempo.
La Concientización en la Pérdida y Desperdicio de Aliemntos se focaliza en una mirada sistémica de la cadena de valor en todo su recorrido, en fortalecer los sistemas agroalimentarios y contribuir a erradicar el hambre, con perspectiva de género y teniendo en cuenta la protección de los recursos naturales y la mitigación del cambio climático.
En este planeta somos un “Todo”. Los seres vivos y su medio están intrínsecamente unidos y por lo tanto cada una de nuestras acciones repercutirá sobre nuestro entorno y sobre nosotros mismos y los demás.
La mirada sistémica permite generar conciencia en todos los niveles para proponer y poder cumplir con prácticas de producción y consumo más eficientes, sostenibles, inclusivas y resilientes.
Este año el lema nacional es #Valoremos los alimentos y #Sin desperdicio: actuemos para la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios. No se trata solamente de producir más, sino de ser más eficientes en la producción y en el consumo.
En Argentina se pierden unos 16 millones de toneladas de alimentos. Representa el 12,5 % de la producción agroalimentaria nacional.