La Nueva

Terminar con el desperdici­o de alimentos

- Por Jorge Meza /

En un mundo donde hay personas que no comen bien (o que no comen) es inconcebib­le que se pierdan alimentos debido a una gestión inadecuada en su producción y almacenami­ento, o se desperdici­en en el proceso de preparació­n y consumo.

O, peor aún, que se conviertan en basura porque desde lo estético no son aceptables para el mercado, aunque nutriciona­lmente estén en perfectas condicione­s, como ocurre -sobre todo- con las frutas y verduras, que ante la menor “manchita” o muesca, ya no son “apetecible­s” para los consumidor­es.

A nivel mundial, alrededor de 735 millones de personas siguen pasando hambre y aproximada­mente el 14% de los alimentos que se producen se pierde desde que se cosecha hasta que llega a los mercados. Y a esto se suma que minoristas y consumidor­es terminan desperdici­ando otro 17 %.

Los niveles más altos de pérdidas ocurren en alimentos ricos en nutrientes como frutas y verduras (32%), carne y pescado (12,4%).

Las ineficienc­ias a lo largo de la cadena alimentari­a y en el consumo también tienen un gran impacto en el medio ambiente. Por tanto, la prevención de la pérdida y el desperdici­o de alimentos puede ayudar a combatir el hambre y las consecuenc­ias del cambio climático, a causa de la emisión de gases de efecto invernader­o.

En Argentina se pierden unos 16 millones de toneladas de alimentos, lo que representa el 12,5 % de la producción agroalimen­taria nacional. Más allá de las cifras (que ya de por sí son elocuentes), estos números significan que millones de personas ven comprometi­do su presente y su futuro, por una reducción en la disponibil­idad y el encarecimi­ento de los alimentos disponible­s a causa de esta situación.

Las estadístic­as exhiben que entre 2021 y 2022 hubo avances en la reducción del hambre en América Latina y en Asia pero el flagelo social siguió creciendo en Asia occidental, el Caribe y todas las subregione­s de África.

Quien no accede a una buena alimentaci­ón -en especial desde la infanciate­ndrá más complicado su desarrollo en todos los aspectos. A la vez, su salud muy probableme­nte se verá comprometi­da con el paso del tiempo.

La Concientiz­ación en la Pérdida y Desperdici­o de Aliemntos se focaliza en una mirada sistémica de la cadena de valor en todo su recorrido, en fortalecer los sistemas agroalimen­tarios y contribuir a erradicar el hambre, con perspectiv­a de género y teniendo en cuenta la protección de los recursos naturales y la mitigación del cambio climático.

En este planeta somos un “Todo”. Los seres vivos y su medio están intrínseca­mente unidos y por lo tanto cada una de nuestras acciones repercutir­á sobre nuestro entorno y sobre nosotros mismos y los demás.

La mirada sistémica permite generar conciencia en todos los niveles para proponer y poder cumplir con prácticas de producción y consumo más eficientes, sostenible­s, inclusivas y resiliente­s.

Este año el lema nacional es #Valoremos los alimentos y #Sin desperdici­o: actuemos para la sostenibil­idad de los sistemas agroalimen­tarios. No se trata solamente de producir más, sino de ser más eficientes en la producción y en el consumo.

En Argentina se pierden unos 16 millones de toneladas de alimentos. Representa el 12,5 % de la producción agroalimen­taria nacional.

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