El respeto por el club, la familia y el nuevo apodo

--¿Tu continuidad en Bella Vista está asegurada más allá de lo que pase en estas finales?

--Si se da el campeonato sería hermoso; estamos muy enfocados en eso porque queremos ser parte de la historia del club. Después se verá, el club tiene prioridad y tengo mucho respeto por todo lo vivido durante tantos años.

“También pesa la opinión de mi señora, Yésica, que en el momento de la lesión estaba en Carhué viendo en un partido de fútbol a su hermano. Cuando se enteró se vino muy rápido y me acompañó en esos primeros tres meses que fueron muy duros. Para ella es la dedicatoria del último triunfo; y para Roberto Achares, quien me enseñó a amar a Bella Vista”.

--En Bella Vista sos “Gabo” y en Carhué “Batita”.

--Jajaja. Ahora me dicen

“Toreto” (por Dominic), porque me está faltando un poco de pelo en la cabeza. Si tuviera la fama de “Toreto” no estaría acá con ellos (risas). Son gastadas, normales; cuando uno se va poniendo grande aparecen algunos rasgos que provocan algunas sonrisas. Pero hay revancha.

--Huracán tiene jugadores de mucha experiencia, ¿Cómo imaginás la definición anual?

--Son jugadores con mucha jerarquía, con miles de batallas. Nosotros tenemos juventud, ganas de ir a dejar la vida en cada partido. En experiencia nos pueden superar, pero en la cancha sentimos la camiseta como nadie, es puro amor al club, con mayoría de jugadores surgidos de la cantera.

--Hubo algunos roces sin pelota que pudieron haber afectado a los más jóvenes.

--Son chicos preparados. Tenemos un cuerpo técnico que les habla, aconseja. Los partidos con Huracán fueron dos batallas, con muchos roces, pero el plantel demostró estar a la altura.

--Tuvieron que reinventarse luego de un 2022 muy malo.

--Fue muy duro. Me tocó llegar cuando terminaba el año. Tuve esa posibilidad de darle una mano a mis compañeros en un momento delicado. Pudimos mantener la categoría y ahora veo un equipo consolidado, que creció.