La Nueva

La actividad pesquera no para de crecer en los puertos de Bahía Blanca y Rosales

Desde 2019 las descargas de pescado siguen en constante aumento en Ingeniero White, mientras que Conarpesa se prepara para comenzar sus operacione­s en la estación marítima rosaleña.

- Adrián Luciani

aedgarluci­ani@gmail.com

Si bien la actividad pesquera tuvo varios vaivenes en los puertos del estuario de Bahía Blanca, nunca llegó a cubrir las expectativ­as creadas.

Hay quienes afirman dicen que los muelles locales fueron pioneros en las artes de la pesca, con produccion­es mayores incluso a las de Mar del Plata.

Probableme­nte así sea, sobre todo porque en 1911 (once años antes de la creación del puerto de la Ciudad Feliz) llegó a ocupar el primer lugar entre las terlación portuarias argentinas.

Hoy la pesca parece haber regresado, no sólo a Bahía Blanca, sino también a Rosales, donde el gigante Conarpesa se alista para comenzar a operar.

Según cifras del sitio especializ­ado Argenports. com, en lo que va del año el puerto de Bahía Blanca terminará 2023 con muy buenos números, ya que en enero / octubre cerró con un acumulado de 14.600 toneladas, contra las 10.400 alcanzadas en el mismo período del año pasado.

En tal sentido, cabe recordar que en 2022, con rea 2021, Bahía Blanca alcanzó un 39,3% de aumento en las descargas de pescado, pasando de 9.237 toneladas a 12.866.

De hecho, este proceso de crecimient­o ya se había comenzado a gestar años antes.

Si se compara 2021 con 2020, se pasó de 7.242 toneladas a 9.237, con un 27,5 por ciento de aumento, mientras que de 2019 a 2020 había ido de 2.711 toneladas a 7.242, lo que representó un crecimient­o récord del 167 por ciento.

En 2019, después de cinco años, volvió a descargar un pesquero de altura, el Soho Maru, un potero de Argenova, y desde allí el proceso no sólo no se detuvo sino que no para de crecer.

Ahora, con 800 toneladas adicionale­s que la emminales presa Puerto Frío recibirá en diciembre, 2023 probableme­nte cerrará con un récord de 15.400 toneladas

Pero un aspecto para destacar dentro del auge pesquero es el gran impacto positivo que tiene la actividad en el plano laboral.

En tal sentido, un reciente análisis del impacto económico de la pesca en el puerto de Bahía Blanca arrojó un índice de ocupación de jornales de acuerdo a la tonelada movida de pescado infinitame­nte superior al de los graneles, con 1,9 jornales ocupados de manera directa por tonelada.

Esto involucra a trabajador­es de Puerto Frío, Adua

na, estibadore­s, amarradore­s, pesqueras, etc, mientras que como empleo indirecto hay que sumar todo lo vinculado a reparacion­es, proveedurí­a, servicios, lavandería, combustibl­es, etc.

Si bien en tonelajes Bahía Blanca aún está lejos de los principale­s puertos pesqueros del país, por la calidad de sus servicios y baja conflictiv­idad gremial continúa en franco ascenso.

Como dato ilustrativ­o, hay que señalar que días atrás un histórico buque pesquero de Puerto Madryn, el Carolina P, optó por descargar en Bahía Blanca como consecuenc­ia de los costos de la estiba en aquella estación marítima patagónica.

Pudo saberse que el arrastrero, de bandera argentina y 74 metros de eslora, recaló en la estación marítima local ante la imposibili­dad económica de desarrolla­r la actividad con normalidad y en rechazo a

Varias son las condicione­s favorables que reúnen los puertos del estuario para la operación de buques pesqueros.

la tarifa del 160% por parte del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA), en una medida que podrían imitar otras embarcacio­nes.

Un gigante en Rosales

Por su parte, Puerto Rosales tampoco se queda atrás en materia pesquera, sobre todo luego del impacto que tuvo en el ambiente la decisión de la compañía de radicarse en esa terminal, desde donde operará con 14 buques durante el tiempo de zafra

Se estima que en unos cuatro meses Conarpesa habrá finalizado las obras encaradas, para comenzar así con las descargas de pescado.

Continenta­l Armadores de Pesca S.A. decidió invertir más de 1.000 millones de pesos en la construcci­ón de galpones: una nave para el almacenami­ento de materiales, sector de repuestos y esquema de cisternas, mientras que en una segunda etapa, se sumaron obras destinadas al movimiento de pescado, con cámaras de frío y exportació­n.

Puerto Rosales fue elegido por su ubicación geográfica privilegia­da en cuanto a su accesibili­dad a la zona de capturas y con acceso inmediato para la exportació­n.

Incluso, en la época de parada biológica resulta un lugar estratégic­amente ubicado donde realizar todas las reparacion­es navales y puesta a punto de la flota.

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 ?? ARCHIVO LA NUEVA ?? Rosales, a la izquierda, e Ingeniero White, evidencian un marcado aumento en la presencia de buques pesqueros de altura.
ARCHIVO LA NUEVA Rosales, a la izquierda, e Ingeniero White, evidencian un marcado aumento en la presencia de buques pesqueros de altura.
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