“Todos se mostraron sorprendidos por lo que logramos en tan poco tiempo”
Javier Weimann, titular del J2 Touring Car, contó el detrás de escena del título obtenido en la Clase 3 del Turismo Pista.
n cuento de hadas, escrito, guinado y protagonizado por un taller bahiense.
Un final de película, con todos los galardones, y un logro que, indudablemente, ocupará una página dorada en la enciclopedia del deporte motor de la ciudad.
Atrás quedó la euforia y el éxtasis de semejante gesta.
ULlegó el momento de disfrutar y celebrar para todos los artífices e integrantes del J2 Touring Car, la estructura automovilística que se graduó con todos los honores en el Turismo Pista. Un suceso que, hace poco más de dos años, ni el más optimista podría considerarlo. Aunque bien claro quedó desde un primer momento que el deseo de Javier Weimann, director del proyecto, y su grupo de personas no fue ir a pasar el rato.
“Seguimos cayendo de a poco en la realidad. Si bien, en parte, fue una sorpresa llegar a conseguir todo esto, se trabajó muy duro desde el primer día para lograrlo. Alcanzar un campeonato nacional, en una categoría tan competitiva, y donde se dan carreras tan buenas, es algo difícil de asimilar por el momento. Estamos muy felices por lo logrado y muy agradecidos a Bahía Blanca por el enorme apoyo que nos dio”, cuenta Weimann, titular del J2.
“Toda la categoría, incluyendo pares que uno ha tratado en boxes, se mostraron sorprendidos por lo que hicimos en tan poco tiempo. Fuimos pioneros en varias cosas; conseguimos el primer título en dos años y haciéndolo lejos de la cuna fuerte de la actividad (NdR: Buenos Aires) y demostrando que la ciudad tiene una capacidad enorme. Lo cual para ellos es muy importante que, en cierta forma, se federalice un poco la categoría”, destacó Javier.
Un producto 100% bahiense. A excepción del piloto, el entrerriano Exequiel Bastidas, que vaya si tuvo que ver en la obtención del trofeo supremo, la corona de la Clase 3 se construyó también desde el taller del LCV Racing, proveedores de potencia.
“La idea junto a Juani Aranega (NdR: socio del equipo y segundo piloto) fue siempre esa, que el producto sea 100% bahiense. En algún momento alguien nos dijo que teníamos que ir a buscar motores a otro lado. Peor no, yo estaba convencido de la capacidad del LCV y por eso decidimos seguir apostando. Yo quería esto y lo conseguimos, eso lo hace una satisfacción doble”, asegura Weimann, quien en el pasado comandó estructuras en el automovilismo zonal.
De menor a mayor, y procurando no quemar etapas. Aunque el inicio, allá por febrero de 2022, tuvo algunos interrogantes y obstáculos conforme iba tomando color la estructura y el desarrollo de los autos. En definitiva, como supone todo arranque de proyecto.
Pero los resultados, al menos parcialmente, no tardaron en llegar. Ello fue marcando el lineamiento del camino a seguir y acelerando la curva de aprendizaje en todo aspecto, mecánica y organizativamente.
“Debutamos a mediados de año en Paraná, aunque empezamos a armarnos y proyectarnos en febrero. Todos los comienzos son difíciles y te generan dudas, y esta no fue la excepción. Después de la primera prueba nos dimos cuenta que todavía había mucho que desarrollar y, al tiempo, tras perdernos las primeras carreras, hablamos con Toto (Rodrigo Esteban, el constructor y encargado técnico) y dijimos ‘es ahora y es hoy, tenemos que ir a medirnos'. Anduvimos como anduvimos, pero ahí arrancamos”, recordó Weimann.
La cosa fue tomando color para el último tercio de temporada. La llegada del paranaense Exequiel Bastidas, en reemplazo de Eloy Huarte, pareció ser la última pieza del rompecabezas para terminar de aceitar el conjunto.
Inmediatamente, el modesto equipo se transformó en serio retador y contendiente, tal como se evidenció en las últimas fechas de 2022 y en el amanecer de este año, con el primer podio y los dos triunfos consecutivos, respectivamente. Ello transformó al J2 en el equipo a batir.
“Exequiel estaba como coaching y ahí, a raíz de sus contribuciones, observábamos cosas muy interesantes de él. Huarte decidió bajarse y lo contactamos sin dudarlo. Por suerte logramos incorporarlo, con el asesoramiento de Lucas Benamo, que nos ayudó mucho en todo sentido; y, a partir de ahí, empezamos a edificar todo esto”, recordó Javier.
“Sobre el final de temporada logramos el primer podio, después de haber obtenido Poles y series. Con lo cual, en el verano decidimos intensificar trabajos y desarrollar lo que faltaba para encarar el campeonato en serio. Por suerte dio frutos. Después de las dos primeras fechas nos dimos cuenta que todo ello había dado frutos y que estábamos para cosas serias”, enfatizó.
Un punto de inflexión en la definición, y probablemente la carrera clave del