Bordes marítimos, con potencial para poder disfrutar
Distintas ciudades del mundo sacan provecho de frentes marinos ociosos o con estructuras abandonadas.
Como ciudad portuaria que es Bahía Blanca, siempre resulta interesante conocer como otras urbes similares intervienen, recuperan y reinventan sectores marítimos en desuso o abandonados para servir como espacios públicos, tan necesarios para el desarrollo social.
Este tipo de sitios costeros a menudo no se utilizan debido a restos industriales, aunque su potencial ha contribuido a un movipuesta miento para adaptarlos a servicios públicos.
Si bien el enfoque de algunas ciudades ha sido demoler estas obras, hay buenos ejemplos de reutilización de las mismas.
La transformación del Parque del Puente de Brooklyn, en Nueva York, mantiene parte de su carácter industrial mediante una proque de diseño en estructuras existentes para incrustar la historia del sitio.
En lugar de ver esa infraestructura como una limitación, la pensaron como una oportunidad para crear una visión de espacio público. Conservaron los almacenes existentes, en algunos casos como armaduras para iluminación; en otros de sombra. Una estructura más grande es un pabellón deportivo que utiliza el cobertizo original y un techo corrugado reinstalado.
Partes de hormigón del muelle se reubicaron como elementos escultóricos en un parque acuático. La madera de un almacén se reutilizó para bancos, mesas y juegos infantiles. El granito procedente de dos puentes fue reutilizado como terraplenes y asientos.
China también
Un enfoque similar se tuvo en un centro industrial formaba parte del río Huangpu, en Shanghai, que transformó su ribera en un próspero espacio público.
Se conservó una serie de edificios a lo largo del paseo marítimo los cuales se convirtieron en museos. También se utilizaron materiales recuperados, como paneles de hormigón y pavimentos.
Un gran potencial reside en la transformación de estas estructuras industriales. Tanto como yuxtaposición entre lo viejo y lo nuevo como en la infraestructura pública que puede generar. Reutilizar lo existente promueve prácticas de construcción sostenible y el resultado puede ser la creación de hitos que hablen no sólo de la historia de una ciudad sino también de su relación cambiante con ella.