Las secuelas que dejó el temporal y el recuerdo de otras tragedias
Para encontrar en el tiempo una catástrofe local similar hay que remitirse a lo ocurrido hace 38 años, en Ingeniero White, con la explosión del Silo 5 la noche del 13 de marzo de 1985.
La gravedad del temporal del último domingo no se mide por los miles de árboles caídos, ni por la cartelería que se voló ni por la cantidad de chapas faltantes en las viviendas.
Tampoco por el corte de los servicios, que tarde o temprano volverán a la normalidad, y mucho menos por la falta de señal en los celulares o el cierre de los comercios.
El elemento que perdurará para siempre y que deja en claro la magnitud de esta tragedia son los 13 fallecidos en el club Bahiense del Norte (hasta el viernes), como consecuencia del derrumbe de una de las paredes del gimnasio donde estaba a punto de desarrollarse un festival de patín.
Para encontrar en el tiempo una tragedia local similar hay que remitirse a lo ocurrido hace 38 años, en Ingeniero White, con la explosión del Silo 5 la noche del 13 de marzo de 1985.
Una inesperada acumulación de polvo, la elevada temperatura de un noria y una explosión en cadena le costó la vida a 22 personas.
Cada 13 de marzo la ciudad recuerda ese acontecimiento. Hay plazas y espacios con el nombre de los fallecidos y un dolor que persiste. Esas muertes conforman la verdadera medida de la magnitud del suceso.
El temporal del sábado, que todavía no tiene nombre –tornado, turbonada, huracán- quedará en la memoria de todos, por su singularidad, por el dantesco espectáculo apocalíptico de las calles, los árboles caídos, los cables y todo un panorama desolador.
Se podrá discutir si el alerta amarillo, naranja o azul realmente fue el adecuado, o si por habitual nadie tomó en cuenta.
Pero son los 13 fallecidos lo que lo convierte en una verdadera tragedia, en un suceso verdaderamente luctuoso y lamentable, el de mayor magnitud de la historia local.
Porque un automóvil aplastado, un portón caído, un paredón a reconstruir son componentes que con el tiempo cada cual revivirá en su memoria o en las fotografías, casi como un hecho anecdótico.
Pero esta cantidad de muertes, inesperadas, inexplicables y dolorosas, convirtieron al suceso en una jornada cargada de tristeza y dolor.
Los tres días de luto y las banderas a media asta respondieron a esas muertes. Lo material se reconstruye. Una pérdida humana conforma una pena que persistirá para siempre.
El temporal del sábado dejó un dantesco espectáculo apocalíptico de las calles, con árboles y cables caídos.
Vienen a la memoria
Otro evento climático que muchos bahienses recordaron estos días fue el sucedido el 13 de febrero de 1982, cuando una turbonada arrasó parte del barrio San Martín. El domingo 14 de febrero de 1982 “La Nueva Provincia” publicó en su
16) Noviembre de 2014: Otra vez, mucha agua de golpe: unos 35 milímetros en 30 minutos y los desagües no alcanzaron a drenar. Media ciudad quedó inundada.
17) Enero de 2015: Una bebita de 2 años murió por el derrumbe de 4 departamentos en Chile al 800. Además, 4 mujeres dijeron haber "sentido un cosquilleo" después de que cayera un rayo. Hubo ráfagas de 80 km/h.
18) Marzo de 2015: "Estuvimos cerca del tornado", contó el meteorólogo Daniel Dodero. Se cayó un paredón del Colegio La Piedad, cerraron el Parque Independencia y hubo -cuándo no- varios cortes de luz.
19) Noviembre de 2015: Una fuerte tormenta (con vientos de hasta 180 kilómetros por hora) voló techos y árboles, además de la caída de postes, árboles y paredones. La situación más compleja se dio en, al menos, diez barrios de la ciudad. El más comprometido fue Paihuén.
20) Marzo de 2022: un temporal causó la caída de alrededor de 800 árboles. Casi 200 familias debieron ser evacuadas. Gran parte de la ciudad se quedó sin luz por un par de días.