“En 20 años de bombero nunca viví una tormenta semejante en Punta Alta”
A una semana de los destrozos que dejó el temporal que azotó a todo el distrito, se sigue trabajando en la reconstrucción de un Coronel Rosales que sabía del alerta, pero nunca imaginó que llegaría con tal magnitud.
La primera lluvia anegó calles y empezó a resentir algunos servicios, pero la tremenda magnitud de la segunda parte de la tormenta arrasó con árboles, postes, se llevó techos y destruyó estructuras, inundó arterias e ingresó con fuerza el agua hacia las viviendas, dejando un saldo más que negativo. Lo irreparable, incluso, también se registró, con el deceso de una mujer en la primera cuadra de Murature.
A una semana de un temporal anunciado pero nunca esperado con tanta violencia, el distrito se encuentra en plena recuperación. Hay mucho por hacer. Y demandará unos cuantos días "regresar a la normalidad", a pesar de los esfuerzos y constantes tareas.
Durante y después
En diálogo con La Nueva.,
el oficial primero Mario Rack, jefe del cuartel central de Bomberos Voluntarios de Punta Alta, dijo que "hubo tormentas, pero de esta potencia la verdad que no recuerdo. Hace 20 años que soy Bombero y nunca viví una situación así. Y vecinos mayores no tienen registro tampoco de tal magnitud".
“Ya se venían dando alertas desde hacía días y habíamos preparado todo lo que se refiere a las herramientas y teníamos prestas las unidades. Pero la realidad es que superó todo. Fue algo tan grande. El viento intenso nos encontró con 5 camiones afuera del cuartel”, comentó.
Expuso que en una situación tan importante se desbordaron todos los sistemas de emergencias. "No es solamente una o dos atenciones, es más de media ciudad que solicitó el requerimiento y no se pudo atender a todos al mismo tiempo. Esto pasa una vez cada 100 años. Estamos preparados, pero una situación así supera todo. Pasa en los grandes países como Estados Unidos, donde tienen toda la tecnología. Cuando es en contra de la naturaleza, el tema es muy fuerte”.
Rack mencionó que la convocatoria al personal se inició entre las 17 y las 17.30 del sábado anterior, cuando se registraba una lluvia de 50 milímetros. Así, dijo, se atendieron cuestiones relacionadas con los desagotes. “Todavía no había llegado el viento y las voladuras de los techos. Alrededor de las 19.30, pasó el temporal fuerte y estuvimos trabajando hasta el martes a la mañana, con otras dependencias, como Municipalidad, Armada y Policía”.
“En la segunda etapa, evacuamos a más de 130 personas, que se distribuyeron en clubes y entidades de la ciudad. Tuvimos una víctima fatal en la vía pública, lamentablemente, y eso mostró la magnitud del temporal”.
La tormenta -siguió-, afectó a toda la ciudad, provino del sudoeste. Primero dejó sus rastros en la Base Naval y luego siguió para Punta Alta. “Los lugares más descampados fueron los más perjudicados por las caídas de árboles y voladuras de techo”.
“Al principio, en el cuartel central, teníamos luz, teléfono. Después del viento huracanado, nos quedamos sin energía y no teníamos comunicación. Las denuncias llegaban por particulares o por medio de Policía. También el personal que iba en los camiones iba avisando de las diferentes situaciones por radio”, comentó.
“En la noche del sábado, con la ciudad totalmente a oscuras y anegada, era imposible ver las consecuencias. Al día siguiente, pensábamos que íbamos a encontrar un panorama peor, en el sentido que podría haber más víctimas, pero gracias a Dios no pasó. Pero con el grado de destrucción que tenía la ciudad, podría haber sido peor”, consideró.
Sobre el ánimo de la gente, dijo: “Ningún servicio de emergencia logró, en el momento, responder a todos. Entonces hubo un poco de malestar. Se entiende la situación y la angustia. Al otro día, los mismos vecinos empezaban a ayudarse entre ellos, se venían a ofrecer al cuartel voluntarios, instituciones como scouts, vecinos con motosierras, para darnos una mano y empezar a liberar las calles y las casas. Es un gesto digno de destacar”.
Los sectores más bajos se vieron muy afectados por el agua. No obstante, en esta ocasión ciertos puntos altos de la ciudad también tuvieron consecuencias, sostuvo el jefe de Bomberos. “Nosotros en el cuartel sufrimos la entrada de mucha agua, incluso en la parte de la guardia donde nunca había llegado. Esta vez nos afectó a todos”.
"Pienso que pasa una vez cada 100 años y supera todo. Cuando la naturaleza actúa así, el tema es muy fuerte", dijo Rack.