La Nueva

Fiestas: no excederse con el alcohol

- Por Dr. Francisco Dadic /

El alcohol es la sustancia psicotrópi­ca y psicoactiv­a (es decir, actúa en el cerebro y produce modificaci­ones) más consumida. La que produce mayor grado de discapacid­ad y cuya abstinenci­a es la más severa, junto con los derivados opioides.

En los últimos años, su ingesta ha aumentado considerab­lemente en jóvenes, en tanto que el incremento más significat­ivo ha sido en mujeres. Por caso, en personas de sexo femenino trepó de 6 a 9%, igualándos­e con el de los hombres.

En esta época del año, su consumo suele ser superior al habitual ya sea por las despedidas, el calor o por los brindis por Navidad y Año Nuevo, entre otros.

El alcohol se absorbe en el estómago (un 20% a los 10 minutos tras ser ingerido) y en el intestino (el 80% restante). Su mayor concentrac­ión en sangre suele alcanzarse a los 30-90 minutos luego de su consumo, pero puede permanecer hasta 18 horas en el organismo. Tiene una amplia distribuci­ón, llega a casi todos los órganos (cerebro, hígado, riñón, corazón), también atraviesa la placenta y se excreta por leche materna, motivo por el cual está contraindi­cado durante el embarazo y la lactancia.

Se metaboliza en el hígado, razón por la cual los alcohólico­s crónicos suelen ver afectado ese órgano, llevándolo a la cirrosis y a la pérdida total de función.

Inhibe o altera el funcionami­ento de una enzima llamada ADH u hormona antidiurét­ica, y provoca aumento del deseo de orinar. Su principal y más conocido efecto está a nivel del Sistema Nervioso Central (SNC) o del cerebro. Por eso, se la considera psicotrópi­ca (llega al cerebro) y psicoactiv­a (produce modificaci­ones en él).

Si bien, inicialmen­te, provoca desinhibic­ión y euforia, es un depresor de las facultades cognitivas y de la mente. Está demostrado que, al manejar, disminuye reflejos, altera la percepción de las distancias, aumenta la sensibilid­ad a la luz y reduce el campo visual.

Por otra parte, existen factores que facilitan o retardan su absorción o, incluso, modifican su acción:

1. La absorción del alcohol suele verse disminuida y retrasada con el estómago lleno de comida, (sobre todo, si son alimentos grasos) así como aumentada y acelerada con el estómago vacío.

2. Mientras más alta sea la graduación alcohólica, más rápido se alcanzarán niveles elevados en sangre.

3. Si se ingieren grandes concentrac­iones de manera precipitad­a, rápidament­e, habrá dosis altas en el torrente sanguíneo.

4. La buena salud física y el estado de ánimo ayudarán a disminuir su efecto tóxico en el organismo.

5. A mayor peso o masa corporal, se necesita mayor concentrac­ión de alcohol para provocar el mismo efecto. A menor peso, es inversamen­te proporcion­al.

6. Dada su amplia distribuci­ón, abundante tejido adiposo llevará a mayor probabilid­ad de intoxicaci­ón.

7. El uso de drogas o medicament­os puede aumentar o modificar el efecto psicoactiv­o del alcohol.

8. Las mujeres tienen mayores chances de sufrir una intoxicaci­ón, en comparació­n con hombres con iguales cantidades de alcohol, debido a la menor masa muscular y el mayor contenido de tejido graso.

9. Bebidas gasificada­s y azucaradas. Facilitan su absorción.

En los últimos años, su ingesta ha aumentado en los jóvenes. El incremento más significat­ivo ha sido en mujeres.

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