Considerada como un ícono lésbico
nuestro país diste un show en el marco de un festival, luego estuviste mostrando el material de tu último disco y ahora se viene este show "a la carta". Son tres maneras muy distintas de encarar los conciertos. ¿Hay algún tipo de propuesta o formato que disfrutes más?
—La parte estética y visual es diferente, por ahí va el cambio más que nada. El formato es tocar con mi banda y eso no cambia. Estoy muy contenta de tener una banda que me arrope y que defienda cada show, ya sea la presentación de "Nocturna" o este formato "a la carta". Disfruto de las dos modalidades: lo que sí se siente es la diferencia entre canciones que han calado más profundo, en las que la gente dispara su corazón, versus estar presentando un disco que salió hace año y medio, que tal vez no está en el corazón de las personas porque no lleva tanto tiempo.
—"Nocturna" está atravesado por la crisis social en Chile y la pandemia. ¿Qué valor tienen esas canciones o cómo sentís que se resignifican en esta "nueva normalidad"?
—Siento que lo político de "Nocturna" tiene que ver justamente con generar una isla en momentos tan convulsos como el estallido social y la pandemia. Creo que, de mi lado, la parte política tiene que ver con una especie de arropar y de poder jugar en un mundo que está súper negro.
Arte. “Se da natural en mi momento creativo y en mi música que surja lo del ícono lésbico. Hace mucho que es así pero yo no veo mi música así, la veo como arte, como proyección de muchas sensaciones. Claro que siempre he dicho abiertamente que soy lesbiana y tengo temas como ‘La isla de Lesbos’, en donde esta muy presente, pero esta presente así como respirar, como amar, y el énfasis lo pongo en el arte, en transmitir”.