Alimenta el sueño
De lo apuntado, Colapinto destaca la enorme capacidad de aceleración y velocidad de estos monoplazas, incomparable con cualquier otro vehículo; cosa que rápidamente percibió al momento de aplicar el pedal derecho del acelerador.
“Manejé autos de mucha potencia, pero nunca sentí algo así. Cuando salí de boxes y frené, la Fuerza G me
2001
¿Llegará?. Gastón Mazzacane fue el último argentino en correr en Fórmula 1, luego de completar cuatro carreras con un Prost, en la temporada 2001. sacudió la cabeza para atrás y me corrió el caso. Me llevó un par de vueltas poder dominar la máquina y acostumbrarme a la potencia. Está todo al máximo; de hecho hay que hacer cosas permanentemente para lograr su óptimo funcionamiento, y ni hablar de la cantidad de botones que tiene el volante y sus utilidades. Es manejar y, a su vez, ir haciendo mil cosas arriba del auto”, detalló.
"Le salió bien"
Poco más de cinco años atrás, Lucas Benamo, previa presentación del por entonces joven proyecto en cuestión, envió el siguiente mensaje: “¡Acordate! Este chico tiene futuro de F 1”.
"Lo que me sorprendió de él, desde su primera prueba en Fórmula, fue que le salió todo natural y que sabía desde el vamos lo que tenía que hacer. Eso es talento natural", reconoció Lucas, su primer coach deportivo.
—No falló su visión, ¿o no Franco?
—Eso le decía a todos Lucas y le salió bien, tuvo suerte (risas). Confluyen muchos factores para poder llegar y no es nada sencillo. Pensá que son apenas 20 pilotos en todo el mundo con una butaca segura, sería un honor que nuevamente haya un argentino compitiendo en la máxima categoría a nivel mundial”, explicó.
“Manejé autos de mucha potencia, pero nunca sentí algo así. Cuando salí de boxes y frené, la Fuerza G me sacudió la cabeza hacia atrás.”
“Lamentablemente hace tiempo que no hay y me encantaría poder serlo, especialmente para los muchísimos fanáticos que tiene el automovilismo en nuestro país, muchos de los cuales, como en mi caso, nunca vimos un argentino corriendo en F1”, deslizó.
Las cartas están echadas. Franco Colapinto está en el baile y queriendo bailar. Habrá que ver si lo dejan.
"Y hacia ello voy, es la razón por la que me fui desde tan chico a Europa, con muchos sacrificios de por medio. Todo eso fue dando resultados, aunque, cuando empezó todo, parecía súper loco dejar la vida de chico e irse a vivir a otro continente. Las cosas van saliendo bien y ese sacrificio no fue en vano", cerró.