La resistencia de una víctima para evitar el archivo
La declaración de dos hermanas, que lograron romper la barrera del silencio y contar lo que vivieron, permitió avanzar en una investigación que tuvo muchos escollos y, más de una década después, sirvió para condenar a un familiar que las abusó sexualmente.
Mencionaron que, aprovechándose de su corta edad, las amenazaba y hasta les ofrecía dinero para “comprarlas” y poder someterlas.
El fallo del juez del Tribunal en lo Criminal Nº 1, Christian Alberto Yesari, le impuso al procesado -no se lo identifica para preservar a las víctimas- una pena de 7 años y medio de cárcel como autor del delito de abuso sexual gravemente ultrajante (2 casos).
Para el magistrado quedó probado que entre octubre de 2011 y marzo de 2012, en una vivienda ubicada en cercanías de Villa Floresta, el acusado (actualmente de 59 años) sometió a manoseos a las dos pequeñas, quienes por entonces tenían 8 y 9 años de edad.
La madre de las víctimas denunció el caso el 31 de marzo de 2012, luego de mantener una charla con las niñas.
Dijo que se encuentra separada del padre de las menores, quienes se quedaban con el progenitor durante los fines de semana.
Relató que en algunas ocasiones el hombre llevaba a las chicas a la casa del acusado, quien es tío de la denunciante.
La mujer explicó que, de acuerdo a lo que le revelaron sus hijas, el sujeto aprovechaba esas ocasiones para manosearlas. También mencionó que el último episodio se produjo una semana antes de la presentación ante las autoridades.
Ambas pequeñas declararon mediante el sistema de cámara Gesell y describieron ante psicólogas sus padecimientos.
Dijeron que el padre las llevaba a la casa del imputado, pero que ellas no querían ir porque “él nos hacía cosas”.
Más adelante relataron los abusos padecidos y también refirieron que el sujeto les ofrecía plata para someterlas.
“Te ofrecía 300 pesos, 400. Y yo y mi hermana no queríamos”, dijo una de las víctimas.
También refirió que en alguna oportunidad el hombre las amenazó con matar a su familia.
“Sus relatos impresionaron como manifestaciones espontáneas y no direccionadas, que se observaron sinceras pero que además resultaron coherentes, fluidas, razonables y sin alteraciones ni interrupciones de logicidad, con sufi
Tiempo. El fallo condenatorio del Tribunal en lo Criminal Nº 1 se produjo once años después de que el caso fuera denunciado por la madre de las víctimas en la comisaría de la Mujer y la Familia.
Decisión. Voceros judiciales indicaron que en 2013 la fiscal que llevaba adelante el caso analizó la prueba reunida y determinó el archivo de las actuaciones, por lo que no se siguió adelante.
Reclamo. Las fuentes explicaron que en 2020 una de las víctimas se presentó ante el Ministerio Público Fiscal y solicitó que se continuara investigando. En ese momento la fiscal Marina Lara desarchivó las actuaciones y se retomaron.
Final. La causa, en el marco de la redistribución del trabajo, recaló definitivamente en la fiscalía del doctor Diego Torres, quien avanzó en el proceso y pidió la detención del sospechoso, la que fue otorgada por la Justicia de Garantías.
Condición. El acusado llegó en la condición de detenido al juicio oral en el que finalmente resultó sentenciado.