Lo logró: terminó la primaria el niño que iba a la escuela a caballo
Vicente Mellinger viajaba todos los días a una escuela rural ubicada a 8 kilómetros de su casa, en Sierra de la Ventana.
“Sentimos una emoción muy grande. Estoy orgullosa de mis hijos. Vicente tiene una humildad. Es muy querido por todos”.
Lilén Simón Ripa, mamá de Vicente Mellinger, sabe del esfuerzo y sacrificio que su hijo de 11 años hizo para terminar la primaria en la Escuela Nº 45 Patagonia Argentina (Coronel Suárez) a 8 kilómetros de su casa en el campo, cerca de Sierra de la Ventana.
El año pasado el niño no faltó casi nunca a clases más allá de que sus papás no tenían vehículo para llevarlo. Decidió que iría a la escuela a caballo y así lo hizo, a lomo del Pichilka, el alazán de su papá.
A menudo, debió sortear condiciones adversas, ya que el camino es muy pedregoso y difícil de transitar luego de las lluvias y heladas.
Cada día llegaba a la escuela a las 13 y regresaba a las 17, luego de una merienda de pan con mermelada. ¡Y finalmente se recibió!
“A Vicente lo quieren en su escuela desde los nenes de jardín, todos lo siguen. Su fiesta fue muy sencilla ya que por la tormenta la escuela estuvo varios días si luz”, dijo su mamá.
Debido, justamente a la falta de energía eléctrica, los papás alumbraron con linternas para que los chicos pudieran tener su acto de fin de año.
Vicente egresó en diciembre y recibió a sus amigos con una torta.
“Él estaba feliz con su tortita, compartiendo con los amigos. Es un ser especial. Es humildad, amor y un personaje. Vive alegre todo el día. Todo el mundo lo quiere y lo conoce. Va por la calle caminado y saludando a todos", dijo la mamá.
Si bien la familia es oriunda de Pueblo Santa María, Colonia 3 de Coronel Suárez, vive en Sierra de la Ventana por el trabajo de Lilén quien se desempeña como mucama en el Hotel Provincial. Su marido es peón rural.
“Ahora Vicente va a seguir sus estudios en una escuela rural cerca de Frapal, en el paraje Don Alfredo, junto a su hermano Laureano”, contó.
Los chicos pasarán una semana en la escuela y 15 días en su casa con trabajos prácticos.
"Siempre les recalcamos que hay que terminar la escuela porque es muy importante saber escribir y leer para que se puedan manejar en la vida”, aseguró.
“Vicente tiene en claro que quiere trabajar en el campo y conocer las jineteadas de Jesús María", agregó.
Este año, fue el único alumno que asistió a la escuela a caballo y también el