Toga y martillo: origen y alcance de un llamativo proyecto de Milei
La idea que impulsa que los jueces usen esos accesorios, comunes en otros países, despertó reparos en el ámbito tribunalicio. Una provincia ya lo había habilitado en 2021.
En el artículo 52 del proyecto que mandó al Congreso el presidente de la Nación Javier Milei, conocido popularmente como Ley Ómnibus, se incluyó una propuesta llamativa en cuanto a las "facultades del juez técnico".
La iniciativa, en caso de aprobarse, obliga a los jueces federales que conduzcan un debate a "vestir toga negra y usar un martillo para abrir y cerrar las sesiones o cuando resuelva una incidencia".
Se trata de una peculiar tradición judicial anglosajona -comunes en las películas o series norteamericanas-, que hoy se mantiene en distintos países como el Reino Unido, los Estados Unidos, México, Japón y Colombia, entre otros.
La toga es una prenda que caracteriza a los profesionales del derecho que intervienen en procesos judiciales. Se trata de una túnica negra larga que cubre el traje y que se ciñe al cuello con un botón.
Su origen se remonta a la antigua Roma, en la cual era un símbolo de ciudadanía y estatus. Con el tiempo, esta vestimenta se convirtió en un emblema solemne asociado al sistema judicial.
El color negro de las togas tiene su origen en un hecho histórico clave: la muerte de la reina María II de Inglaterra en 1694. En un principio los abogados vestían una capa denominada 'capa de letrado', que evolucionó hacia la toga negra en el siglo XVIII. Esta elección cromática se institucionalizó en 1814, manteniéndose como un símbolo de respeto y sobriedad en la vestimenta judicial.
En el caso del martillo, que representa el poder y la autoridad, hay evidencias de su uso en la Inglaterra medieval, con el fin de acuñar el pago de una renta o tributo a un superior.
Algunas fuentes también lo llaman mazo y lo relacionan en sus comienzos con el Dios Thor (del True- no) en la Mitología Nórdica. En esa línea se cree que Thor se acompañaba de un martillo en su papel de guerrero protector.
Lo concreto es que en el ámbito jurídico el uso del martillo representa "la cosa juzgada", el punto final de un caso.
Apoyo cortesano
En 2018, uno de los jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación había apoyado la idea del uso de la toga en el Poder Judicial.
Se trata de Carlos Rosenkrantz, quien durante la 44º Jornadas Nacionales y el 14º Congreso Internacional de Derecho Administrativo, en 2018, en Paraná, apoyó la idea que ahora impulsa el mandatario nacional.
Según Rosenkrantz, los jueces deberían usar toga porque de esa manera, al tenerla colocada, toman conciencia de la responsabilidad de juzgar y luego, al retirársela, les recuerda que son ciudadanos comunes.
"La toga no se usa para demostrar superioridad de los jueces, demuestra que solo debe juzgar a derecho y todo ciudadano tiene derecho a evaluar el derecho. En otras latitudes esta definición
Entre las virtudes que destacaron en ese momento para el uso no obligatorio de la toga, los mendocinos marcaron que "ayudará al ciudadano a identificar al juzgado, es símbolo de sobriedad, sencillez y simpleza".
Formalidad. "Siempre nos hemos preocupado porque en las audiencias los jueces y juezas usen prendas formales que simbolicen la circunspección que deben tener los jueces", había dicho Valerio en aquel momento.
Reconocida. La resolución mendocina también destacó que si bien en la Argentina nunca se exigió ni existe cultura para su uso, es "universalmente reconocida como símbolo que identifica a los jueces". Por otro lado, resaltó que se trata de una prenda "liviana y de fácil lavado". es pública exigiendo que los jueces usen toga. Puesto tienen la obligación de evaluar fuera de sus propias convicciones y solo bajo lo que el derecho exige. El derecho es un órgano normativo categorial que se necesita honrar para poder vivir en sociedades plurales, en donde casi todos estamos en desacuerdo con los demás”, aseguró.
"En algún momento les sugerí a mis pares que debíamos aparecer en nuestras audiencias públicas con togas", agregó el cortesano, para remarcar que ese atuendo "destaca el hecho de que solo tenemos autoridad en el momento en que juzgamos y que después somos seres comunes, simples ciudadanos".
De todas maneras, la propuesta de Milei despertó voces en contra y algunos reparos en el ámbito tribunalicio.
Algunos jueces consideran la medida como "superflua", que no hace a la esencia de la función de administrar justicia sino que responde a una cuestión que se ajusta al mundo posmoderno en la cual todo parece reducirse a la imagen y el sentido comunicacional.
Otros no están en desacuerdo y ven con buenos ojos el proyecto, como forma de "recuperar" el respeto que ha perdido la investidura de los jueces.
El uso de la toga y el martillo sería para jueces federales a cargo de juicios que (de aprobarse) serán por jurados, como en la provincia.