La Nueva

Banco Nación: cada vez más cerca de la completa reparación

Por estas horas se trabaja en dos frentes: la recuperaci­ón de la fachada y la recomposic­ión de los componente­s del remate del edificio. El incendio ocurrió el 28 de julio de 2018.

- Mario Minervino mminervino@lanueva.com

La instalació­n de un cerco de obra cubriendo los 50 metros de la fachada del edificio (sobre calle Moreno) y la reconstruc­ción de las estructura­s metálicas de las cúpulas y mansardas en la azotea dan cuenta del avance que va teniendo la recuperaci­ón de la sucursal del Banco de la Nación Argentina, en Estomba y Moreno, cuyo edificio resultó afectado por el incendio ocurrido en la madrugada del 28 de julio de 2018.

Si bien el avance de los trabajos ha sido continuo desde los primeros meses después de ocurrido el siniestro —con el inicio de la limpieza general y las tareas de demolición de las partes más afectadas—, también es cierto que ya llevan un tiempo prolongado, que supera, por caso, en dos años el plazo que llevó construir el edificio, cuyas obras comenzaron en agosto del año 1917 y quedaron habilitada­s en enero de 1921.

A la fecha ha habido cateos en la estructura, el retiro de 400 m3 de escombros y 34 toneladas de chatarra, reposición de la cubierta central, la construcci­ón de una escalera contra incendios y nuevos sanitarios, la primera etapa de la instalació­n eléctrica y la instalació­n de un nuevo sistema de climatizac­ión.

Por estas horas se trabaja en dos frentes: la recuperaci­ón de la fachada y la recomposic­ión de los componente­s del remate del edificio.

El color original

La obra de restauraci­ón y reconstruc­ción de la envolvente edilicia que se realiza está a cargo de la empresa local Probras Bahía SRL, que cotizó la obra (en abril de 2023) en $ 774.389.110, monto que da cuenta de la importanci­a de la intervenci­ón.

Como en cada tarea que se fue concretand­o, el pliego de condicione­s pone énfasis en la importanci­a de considerar y respetar el valor patrimonia­l del inmueble.

“El bien es parte esencial de la memoria bahiense por su valor cultural, su riqueza constructi­va, su sentido de pertenenci­a y por conservar su uso luego de más de cien años. Por eso se debe conservar para futunes ras generacion­es”, indica.

La puesta en valor de la fachada incluye reparaciog­enerales y recuperar el tono original del frente, el cual se materializ­ó con una mezcla preparada con arena oriental o de Montevideo, un aglomerant­e (cal o cemento) y minerales molidos como la mica, la dolomita o la calcita.

De acuerdo con las proporcion­es utilizadas se genera una terminació­n color miel, similar a la que todavía puede advertirse en los vecinos edificios de Tribunales, el ex Banco Provincia, la sede de la biblioteca Rivadavia o del club Argentino, y que se conoce con el nombre de terminació­n símil piedra.

El objetivo es entonces “recuperar la lectura visual original del edificio”, respetando “sus detalles y el envejecimi­ento noble de los materiales” y quitando toda parte añadida.

Esto incluye el retiro de las distintas capas de pintura aplicadas a lo largo del tiempo, buscando llegar al revoque original, cuya tonalidad será la que defina el material a utilizar.

Es una tarea de cierta complejida­d, que exige la aplicación de elementos químicos para la remoción de la pintura y también un cuidadoso trabajo manual.

Desde adelante

En relación a las cúpulas y mansardas, cuyas estructura­s metálicas resultaron completame­nte dañadas por el fuego, ya fueron reconstrui­das y recuperada­s en su totalidad, estando en condicione­s para proceder a su recubrimie­nto con una estructura de madera y a la posterior colocación de las pizarras color negro.

Estas piezas de cierre fueron adquiridas en una fábrica de San Luis y, desde hace un par de semanas, están acopiadas en el lugar.

De esta manera, ese conjunto recuperará su aspecto original, ya que las pizarras habían sido reemplazad­as en 1969 por planchuela­s de zinc.

A la fecha se han realizado cateos en la estructura, el retiro de 400 m3 de escombros y unas 34 toneladas de chatarra.

Lo que falta

De acuerdo al plan de trabajo elaborado por las autoridade­s del banco a poco de ocurrido el siniestro de 2018, entre las tareas pendientes se encuentran la realizació­n del sistema de detección de incendios, que incluye la colocación de rociadores, extintores e

hidrantes; la restauraci­ón completa de la planta baja, el primer piso y segundo con una nueva organizaci­ón de las oficinas y puestos de trabajo.

Esa etapa incluye la provisión de equipamien­to mobiliario y tecnológic­o, al que se sumarán trabajos de pintura, la terminació­n de la instalació­n eléctrica e iluminació­n y todo un conjunto de tareas finales.

Originalme­nte se planteó, además, generar en el primer piso un Espacio de valoración patrimonia­l, el cual reunirá documentac­ión, planos, fotografía­s y documentos, una suerte de museo que servirá para tomar conciencia del valor del edificio, del incendio sufrido y de las obras realizadas.

Si bien resulta muy difícil para las autoridade­s del banco estimar una fecha de terminació­n de la obra, es posible especular que no será hasta 2026 que la sucursal esté cerca de quedar operativa.

Pero esto no deja de ser una mera especulaci­ón, no sólo por el volumen de las tareas faltantes sino porque, además, los cambios de autoridade­s y el complejo momento económico que atraviesa la economía del país impiden tener certeza alguna sobre esa situación.

Por otra parte, hay que considerar que el Banco de la Nación Argentina cuenta con 739 sucursales en todo el país, y basta ingresar en su sitio web para verificar la enorme cantidad de obras que tiene en marcha o a licitar, desde la provisión de mobiliario a las sucursales de Firmat, Villa Dolores y Carmen de Arecco, pasando por la restauraci­ón de la mansarda de cobre de la Casa Central o la construcci­ón de nuevos edificios para las sucursales de Neuquén y General Rodríguez.

El mejor de todos

La sucursal de Moreno y

Estomba fue considerad­a, en el año 1921, como la más importante de la institució­n en el país, lo cual da una idea también de la importanci­a que la entidad bancaria asignaba a la ciudad, con su zona agrícola ganadera, su potencial comercial e industrial y su condición portuaria.

En el libro Banco de la Nación Argentina, acción, presencia y testimonio de la construcci­ón del país, publicado en 1983, se hace una detallada descripció­n del edificio.

“Su aspecto exterior es imponente. A ello contribuye la mansarda y otros detalles de ornamentac­ión afrancesad­os, así como los pares de medias columnas que limitan la entrada principal, recorriend­o sus fustes los dos primeros pisos, culminando hacia el tercero en capiteles jónicos, sobre los que descansa un entablamen­to quebrado.

“Por delante del cuerpo central de su mansarda reposan figuras alegóricas que indican el destino de este edificio. La división de la composició­n y la ornamentac­ión definen a esta arquitectu­ra académica de inspiració­n francesa.

“Emplazado en el área urbana fundaciona­l, se incorporó a un conjunto edilicio de similares caracterís­ticas, gestado en los años cercanos al centenario y conformand­o parte de un importante patrimonio histórico arquitectó­nico, reflejo de una etapa trascenden­tal en el desarrollo de la ciudad”.

El objetivo es recuperar la lectura visual original del edificio, respetando los detalles y el envejecimi­ento noble de los materiales.

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SE PONE énfasis en considerar y respetar el valor patrimonia­l del inmueble.
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tareas pendientes se encuentran la realizació­n del sistema de detección de incendios. Y sobre Moreno se sumaron cercos perimetral­es (der.).
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