Las cuasimonedas, un recurso que usaron 15 provincias
La decisión del gobierno de La Rioja de emitir para hacer frente a sus gastos administrativos remite a la proliferación de instrumentos similares usados durante la crisis del 2001.
La aprobación de la Legislatura de La Rioja al pedido del gobernador Ricardo Quintela para emitir una cuasimoneda con el objetivo de hacer frente a los gastos de la administración de la provincia remitió a la proliferación de instrumentos similares utilizados durante la crisis económica de 2001, aunque existen antecedentes en la década de los 80.
El recurso derivó de la prohibición fijada por la ley de Convertibilidad al Banco Central para la emisión de pesos sin el correspondiente respaldo de sus reservas, a razón de una paridad 1 a 1 con el dólar estadounidense.
En el tramo final de la presidencia de Fernando de la Rúa ese régimen monetario ya había cumplido una década de vigencia con un déficit fiscal creciente, al que cada vez costaba más financiarlo a través del endeudamiento por el alza de las tasas de interés y las dificultades para acceder al mercado de capitales.
De la Rúa recurrió a Domingo Cavallo, precisamente el creador de la Convertibilidad, para que solucionara la situación en su regreso al Ministerio de Economía.
Para ello se valió de la recreación del impuesto al
Cheque (que él mismo había eliminado diez años antes) y del recorte del gasto por medio de la política de "déficit cero", pero ambas medidas resultaron insuficientes para cumplir con las transferencias a las provincias con la Coparticipación Federal y otros regímenes.
Por tal razón, en agosto de 2001 se anunció la emisión de las Letras de Cancelación de Obligaciones Provinciales (Lecop) por $ 1.000 millones, aunque al año siguiente hubo una segunda emisión, ya en la Presidencia de Eduardo Duhalde, por lo que en total se emitieron $ 3.271,6 millones.
En su portal "Billetes argentinos", el investigador Marcelo Calniquer señaló que, pese a la emisión de Lecops, "debido a la falta de disciplina fiscal en el pasado, la recesión económica y el inexistente financiamiento voluntario, distintos gobiernos subnacionales iniciaron una emisión alternativa de bonos 'sustitutos de moneda'".
De esa forma, en la Argentina pasaron a coexistir diecisiete signos monetarios (o "cuasimonetarios"): el peso, las Lecop, el Patacón (provincia de Buenos Aires), las Lecor (Córdoba), el Federal (Entre Ríos), el Cecacor (Corrientes), el Bocade (Tucumán y La Rioja), el Petrom (Mendoza), el Cemis (Misiones), el Bocanfor (Formosa), el Huarpe (San Juan), el Quebracho (Chaco), el Bono Ley 4.748 (Catamarca), las Letras (Tierra del Fuego) y el Petrobono (Chubut y Río Negro).
"Un año después, esta reacción no considerada inicialmente cobró trascendencia hasta acumular un total de 8.400 millones de pesos, aproximadamente el 50% de la circulación monetaria, distribuido entre quince cuasimonedas alternativas a lo largo de todo el país", recordó Calniquer.
Un antecedente remoto tuvo lugar a mediados de los 80, con bonos emitidos por La Rioja, Salta y Jujuy, aunque con menor impacto debido a que por entonces no existían restricciones legales para que el Banco Central emitiera australes.