Centro Natán II: con la cooperativa textil se inicia una nueva etapa
Funciona en el comedor y merendero situado en Nicolás Pérez 1935. Las aplicaciones son múltiples, pero se destacan los trabajos con chombas y remeras.
“En Natán II ya iniciamos el microemprendimiento. Contamos con 8 máquinas industriales y una bordadora para hacer calzado. Es un proyecto de la Nación, con el cual ya atendimos a 220 familias en tres barrios. Hicimos cursos de calzado, de electricidad y de costura. Ahora, nuestro fin es fundar una cooperativa textil, un proyecto que se ha demorado por la pandemia. Esperamos tener la colaboración de las damas que llegan al centro, porque podremos hacer desde guardapolvos hasta delantales para jardín de infantes”.
El textual corresponde a Dora Sensini, fundadora y directora de los centros sociales Natán I, II y III, expresado en los primeros días de enero de 2022, cuando recién se estaba alejando el COVID-19.
Poco menos de dos años después, aquella intención se hizo realidad en Natán II, más allá de sus funciones específicas de asistencia — alimenticia— en barrios donde residen familias en condiciones de vulnerabilidad.
“Pudimos cumplir uno de nuestros sueños, que era la cooperativa textil”, dijo Sensini.
“Ya contábamos con las máquinas de 3, 4 y 5 hilos; la sublimadora, que nos donó la firma Dow, y la bordadora. También hay para hacer calzado. En total son ocho las maquinarias”, agregó.
La formación
De todos modos, el paso clave para esta actualidad fue la etapa de capacitación realizada en el lugar que, en algunos momentos, llegó a contar con 25 mujeres en tres horarios previstos.
“Con todo el aprendizaje encima, la mayoría se fue a trabajar a otros lados, que era también uno de nuestros objetivos”, sostuvo.
Las tareas se iniciaron en los últimos días de este noviembre y, en todos los casos, no se deja de capacitar a más mujeres interesadas en participar de la propuesta. “Con tres costureras, que son quienes tienen distintas capacidades, trabajamos en la confección de chombas para empresas”, contó Sensini.
“Si bien tenemos una importante cantidad de telas, para los trabajos encargados llegan todas cortadas y aquí se realiza la tarea final”, comentó.
Uno de los trabajos encomendados es para los miembros de la Guardia Urbana de la Municipalidad de Bahía Blanca.
Con la sublimadora (NdR: son máquinas eléctricas termoestampadoras que trabajan mediante el calor y la presión) se hacen estampados en distintas telas para remeras, almohadones, manteles y centros de mesa, por ejemplo, pero su utilización puede extenderse.
“Es una salida laboral muy importante para las costureras y es algo que pensamos incrementar”, dijo.
“Estamos trabajando en eso y tenemos la expectativa de que alguien más se acerque para pedirnos la confección de chombas, así como para la tarea de sublimado, que bien podría ser en remeras con inscripciones de las entidades deportivas de Bahía Blanca”, explicó la fundadora de los centros sociales de asistencia.
La página web
Si bien la cooperativa aún no tiene nombre, próximamente se contará con una página web para dar a conocer el alcance del proyecto y las alternativas de participación.
La decisión de instalar la cooperativa textil en Nicolás Pérez 1935 se relaciona con la imposibilidad de desarrollar el denominado salón de los abuelos. “Hubo una dispersión tras la pandemia. Era muy difícil retenerlos y darle las atenciones adecuadas”, aseguró Sensini.