Salió adelante tras un duro accidente: el golazo de una dorreguense que inspira
Jimena Magini tenía 22 años cuando perdió la pierna izquierda. 13 años después la convocaron para la Selección Femenina Argentina de Futbolistas Amputados.
Jimena Elizabeth Magini, a quien todos en Dorrego conocen como Wandy, no recuerda nada del accidente que cambió su vida aquel 15 de abril de 2011, a sus 22 años, pero sabe que la encontraron en una zanja con agua a varios metros de la ruta 3, en cercanías a Coronel Dorrego.
Su cuñado, Nicolás Sorensen, quien tenía 21 años y conducía la moto Zanella 125 en la que ambos viajaban hacia Monte Hermoso perdió la vida en el acto tras el impacto contra un camión. “Volé, impacté contra el camión en toda la parte izquierda de mi cuerpo”, dijo Wandy, a quien entonces encontraron casi cuando estaban abandonando la búsqueda por sus gritos.
La trasladaron al Hospital de Dorrego y luego al Hospital José Penna, en Bahía Blanca con lesiones muy graves. Su pierna izquierda estaba hecha pedazos. Tenía afectados el hígado, el pulmón y el brazo izquierdo con fractura expuesta. Allí, fueron contundentes con su madre: “Tu hija con una pierna o tu hija en un cajón con dos piernas”.
Tras la amputación sufrió infecciones y, más tarde, le colocaron una placa en el fémur.
Hoy, a los 35 años, sus sueños siguen de pie. Como ella, quien debió aprender a andar de nuevo, de otra forma y hasta se convirtió en alguien que puede llegar a ser un referente en el ámbito deportivo ya que recientemente fue convocada por la Federación Argentina de Futbolistas Amputados (FAFA) para integrar la Preselección Femenina.
Por ello, desde que recibió la invitación, cada día entrena muy fuerte con la guía de su primo, el director técnico Mariano Palacio, para ganarse un lugar en el equipo y representar a la celeste y blanca en MeEs dellín, Colombia, donde a fin de año se disputará el Mundial femenino.
Este equipo, en su conformación final, será la primera Selección Argentina de Fútbol en su tipo.
un desafío enorme ya que Wandy no era futbolista y es un lenguaje corporal y dinámico absolutamente nuevo para ella. De hecho, no puede usar la prótesis sino que debe utilizar bastones canadienses. Así es como fue adquiriendo cada vez más habilidades, fuerza y resistencia.
Los próximos 2 y 3 de febrero tendrá su primer encuentro con las demás deportistas convocadas a la Preselección, en Mercedes. Allí una jugadora uruguaya, la primera amputada en jugar con el equipo de masculinos, estará presente para contar su experiencia y motivar al equipo.
“Me gusta. Es complicado manejar la pelota, pero le voy encontrando el gustito”, confió esta joven resiliente quien, más allá de los obstáculos, busca cada día ser su mejor versión.
"¡Estoy molida! Entreno todos los días, la mayoría de las veces por la mañana en el gimnasio y a la tarde en la cancha. Es la primera vez en 12 años de amputada que uso los bastones canadienses. La fuerza que tenés que hacer es tremenda. Mi primo me exige un montón y me gusta".
-¿Siempre hiciste actividad deportiva?
-¡No! En la secundaria era cero deporte. Recién a los 10 años de amputada comencé a hacer rehabilitación con una kinesióloga de Bahía Blanca. Con el tiempo también hice pilates y tengo un multigimnasio en casa. Una profe me entrenó un tiempo y después volví a entrenar sola. En pandemia entrené por Zoom con un equipo de voley adaptado.
-¿Qué te ayudó a salir adelante tras el accidente?
-No quería ser una carga para mi familia. El comentario de mucha gente era “¡Uh, tan joven, pobrecita! ¿Qué va a hacer ahora?” No, pobrecita nada. Le metí para adelante por ellos, por mí y por Nicolás que no está. También hubo muchísima gente del pueblo que me apoyó en ese momento. Estoy muy agradecida con ellos porque hasta se hizo una colecta.
-¿Hiciste alguna terapia física o psicológica?
-Recién después de 10 años empecé con un psicólogo, por otro tema, y ahí entendí que nadie iba a estar bien por mí. Hice vida normal desde que salí del hospital pero me costó mucho tiempo entender que tenía que estar bien físicamente porque usar la prótesis no es ponértela y nada más. Si engordo la prótesis no me entra y si adelgazo se me sale. Además, es pesada y tenés que tener fuerza para llevarla y andar.
"Obviamente tengo mis bajones de no querer levantarme o de no querer andar, sobre todo cuando la prótesis no anda bien pero
Wandy nació en Haedo y vive sola en Coronel Dorrego, donde tiene a su familia (su mamá y 6 hermanos).
"Tras el accidente aprendí que para avanzar hay que aceptar. Hay que hacer lo mejor posible con lo que te tocó".
salgo adelante".
-Tras el accidente ¿enseguida conseguiste una prótesis?
-Sí, la primera me la donó la Ortopedia Camiloni y después fui con mi papá a Buenos Aires y pude comprarme una. Cambié tres veces de prótesis. La que tengo ahora la conseguí hace tres meses y es apta para el agua, por eso este verano pude entrar al mar y tener una experiencia de Sup, en el Parador Escuela de Monte Hermoso.
"Estuvo tremendo, era la primera vez después de 12 años de amputada que me volvía a meter al agua, así que fueron muchos sentimientos encontrados. Jona –Millán, el profesor- es un genio. La buena onda y energía se sintió. No me descuidó ni por un segundo. Está buenísimo lo que hace con su escuela ya que fomenta que las personas con discapacidad podamos disfrutar y divertirnos. No hay muchos lugares que piensen en los discapacitados y todavía hay demasiadas barreras.
-¿Cómo te convocan a la Preselección de Fútbol?
Me contactó Fernando Mazzeo por Instagram quien está en el Cuerpo Técnico. Le dije que no sabía nada de fútbol pero que podía probar para ver qué onda. Me dijo que no me preocupara, que estábamos todas en la misma porque esto recién arrancaba.
-A 12 años del accidente, ¿qué le dirías a alguien que esta pasando por una situación similar?
-Que todo lleva un proceso interno que tenés que hacer con vos mismo. Tenés que decir ‘Esto no lo voy a poder cambiar, tengo que seguir adelante con esto’ y quererte. Se trata de ver qué hago con lo que me tocó y seguir para adelante. Para avanzar hay que aceptar. Hay que hacer lo mejor posible con lo que te tocó.