Un lugar con historia
Si alguien visitaba nuestra ciudad entre 1862 y 1885, el lugar que hoy ocupa la plaza Pellegrini tenía un uso completamente diferente: era el cementerio municipal, el último lugar en que funcionó antes de mudarse a la ubicación actual.
Allí fueron inhumados, entre tantos, los restos del médico Sixto Laspiur, de Felipe Caronti y de Ana María López (primera parVergara tera del pueblo), cuya tumba supo visitar el poeta Rubén Daríío.
El paisaje en esas décadas del siglo XIX era el de un paredón perimetral, un portón de hierro, varios mausoleos y ciento de tumbas. Realizada la mudanza a la loma, el lugar fue reconvertido en corralón municipal, más que nada para acopio de materiales, herramientas y vehículos en desuso.
Apenas comenzó el siglo XX los vecinos manifestaron su inquietud de generar en el lugar una plaza. En enero de 1911 el jefe comunal, Valentín Vergara, decidió atender ese pedido vecinal.
"La plaza romperá la monotonía del lugar y ofrecerá un sitio de recreo higiénico y de desahogo, amablemente contorneado por arboledas y jardines", mencionó este diario.
El agrónomo municipal, Carlos Arizmendi, delineó el paseo, mientras se demolía el muro perimetral y se limpiaba el lugar.
respetó la decisión de su antecesor, Jorge Moore, de asignarle el nombre de Carlos Pellegrini, a pesar de que los vecinos planteaban llamarla Juan Bautista Alberdi.
Un detalle particular del trazado es que la plaza tiene sus dos calles laterales, las paralelas a la avenida Colón, con el mismo nombre(Moreno), cada una con un sentido de circulación vehicular diferente.