Mensaje del presidente Domingo F. Sarmiento al abrir las sesiones del Congreso en 1874
El sanjuanino fue el primer mandatario del país en el período entre el 12 de octubre de 1868 y el 12 de octubre de 1874. Segunda y última entrega.
eñores senadores y representantes:
Por última vez vengo a tener el honor de presidir el acto de la solemne apertura del Congreso Nacional que se efectúa en medio de las bendiciones de la paz de que goza la República (...).
Vivimos, felizmente, en un siglo en que mil antecedentes preparados por el trabajo y las conquistas de la humanidad entera, pueden de un golpe ejercer su influencia benéfica sobre un país dado, siempre que éste se halle preparado para recibirlos y fecundarlos. Esta es la situación que me ha tocado la buena fortuna de presidir, y para vuestra satisfacción como representantes del pueblo argentino, y como punto de partida y balance para el acertado desempeño de vuestro encargo en adelante, os presentaré en compendiadas cifras los principales hechos que constituyen
Sya el haber nacional.
El progreso de las rentas ha seguido de año en año una proporción igual en su aumento a la que han alcanzado la educación del pueblo, la correspondencia epistolar, la inmigración, el consumo de papel, que es la medida del movimiento intelectual, la vialidad y la telegrafía. Mañana estaremos al habla con la Europa, no solo nosotros aquí en el puerto que nos pone en comunicación con ella, sino los que residen en el último rincón de la República.
En ferrocarriles, líneas telegráficas y caminos carriles, nuestro país marcha a la vanguardia de esta parte de América.
De doce millones de (pesos) fuertes a que subían las rentas en 1868, el año pasado llegaron a “veinte millones ciento sesenta mil pesos”.
La inmigración que alcanzó a la suma de treinta y nueve mil individuos entonces fue de ochenta mil el año pasado y ofrece llegar a cien mil en el presente.
El correo condujo en 1868 cuatro millones de impresos o manuscritos, mientras que en 1873 ha trasportado “siete millones setecientos ochenta y siete mil cuatrocientos treinta” por la distancia de “ochenta y un mil leguas recorridas”. La estafeta ambulan
ha puesto en movimiento un millón de cartas.
En 1870 se enviaron seis mil cuatrocientos cuarenta telegramas por líneas que recorrían 129 millas; en 1873, “ciento setenta mil setenta y nueve” por 2.618 millas que funcionan hoy.
En 1868 había en los Cote legios Nacionales educándose, mil niños, y en 1873 han subido a cuatro mil. No se recogían datos sobre la educación primaria antes de 1868.
En 1852, a la caída de Rosas, había veinte escuelas costeadas por el Estado de Buenos Aires, y ni ese número en el resto de las provincias; hoy hay 1.117 escuelas públicas, considerable parte de ellas en edificios adecuados y a veces suntuosos. En un departamento rural de Buenos Aires, bajo la impulsión inteligente del Juez de Paz Frers, se construyen siete edificios de escuelas.
En 1868 había una Biblioteca Popular en San Juan. Hoy hay 140 distribuidas en todos los pueblos, aun los más oscuros y
apartados, alimentadas por treinta y dos mil volúmenes que cuestan 80.000 pesos fuertes.
En 1868 la comunicación con la Europa se hacía por cuatro vapores mensuales. Ahora se hace por diecinueve, de modo que tenemos un vapor día por medio.
Hasta 1868 se introducían menos de doce mil resmas de papel de imprimir al año. En 1872 y 73 sube el consumo a doscientas mil anuales. Hasta 1868 se invertían cincuenta y un mil pesos en libros. Los que se introdujeron en los dos últimos años ascienden a 348.416 pesos fuertes o sea 174.000 pesos por año.
Las máquinas auxiliares del trabajo se avaluaban en 5.360 en 1868: en los dos últimos años suben a 70.000. Las chimeneas centrales de las fábricas, las cien publicaciones periódicas y las bibliotecas, están señalando donde se reclaman e invierten estos instrumentos que requiere la actividad intelectual.
Como la población no ha podido doblar en número en el quinquenio de que doy cuenta, es evidente que cada habitante ha doblado la suma de bienestar de que gozaba, desarrollando doble riqueza, doble inteligencia y doble actividad.
Edilidad (...)
Cuando el Congreso argentino asignaba la suma de 200.000 pesos fuertes para la construcción de la Oficina General de Correos, el Congreso de los Estados Unidos votaba tres millones para una secundaria, con menos o igual movimiento que la nuestra.
Han sido construidas o están en vía de construcción las obras siguientes: el ala de la Contaduría en la Casa de Gobierno Nacional, el Laboratorio de química y el aula y gabinete de Física en el Colegio Nacional, la Capitanía del Puerto, el edificio del Telégrafo y Casa de Correos en Buenos Aires; el Colegio Nacional, el edificio de Telégrafos y la Aduana en el Rosario; el Observatorio Astronómico y la Academia de Ciencias Exactas en Córdoba.
Requiérense edificios de correos en casi todas las cabeceras de provincia, aduana principal en Concordia y de menos importancia en casi todos los puertos, pues el movimiento aumenta en proporciones no previstas y en lugares que antes permanecieron estacionarios.
Me complazco en recordar que nuestras ciudades y campiñas, cambian de aspecto diariamente por la belleza de los edificios, arquitectura rural, por las formas elegantes que el buen. gusto ha consagrado. El paisaje a lo largo de las grandes vías de comunicación, y de las márgenes de nuestros grandes ríos, se accidenta con las chimeneas. de fábricas de reciente establecimiento y todos los signos de cultura e industria que recuerdan y repiten las escenas rurales de los países más adelantados. (...)
Libros
(...) El gobierno ha favorecido y fomentado la publicación de libros sobre constituciones y educación, que nos familiaricen con la práctica de la República, tal como la que hace la prosperidad de la que hemos adoptado por modelo. El Manual del Ciudadano para las escuelas (Pomeroy, Tiffany, Lieber, como comentadores), han aumentado nuestra escasa colección de tratados de gobierno que ya contaba con el Federalista, Curtis, Kent y Story. En educación Horacio Mann, Wickersham y otros traducidos, han propagado nociones sobre la educación popular, que no son comunes todavía aun en Europa. Un código de leyes de escuelas ha servido de ilustración o confirmación a las que muchas provincias se han dado, creando rentas para su sostén. Es sensible que Buenos Aires no se encuentre en el número de aquéllas.
Los códigos de comercio y civil popularizados, ponen a nuestro pueblo en mejores condiciones que otros, para desempeñar las funciones de la ciudadanía a que vamos preparándonos lenta pero seguramente.
Departamento de Agricultura (…)
La reciente creación de un Departamento de Agricultura ha requerido la planteación de un jardín de aclimatación que ya contiene crecido número de plantas y la publicación de un diario consagrado a promover la agricultura. Esta publicación sostenida por el Estado, toma cada día mayor incremento y se difunde por todas las provincias
El “Agriculturista” de Norte América, que cuenta 200.000 suscriptores en inglés y 30.000 en alemán, ha ejercido mayor influencia en el desarrollo de la riqueza, aconsejando los mejores métodos, popularizando los instrumentos útiles y desarraigando errores o preocupaciones, que lo que pudieran producir las mejores leyes, o los más grandes capitales; y debemos prometernos que no pasen muchos años sin que por todas partes se palpen los progresos de este monitor del labrador que hasta en la construcción de cortijos, granjas, casas y edificios rurales, puede hacerse sentir. Su Director, el señor Oldendorff, reúne a estudios profesionales, la práctica de muchos años sobre nuestro clima y necesidades.
Academia de Ciencias Exactas
Está en construcción en Córdoba el edificio destinado a sus archivos, colecciones y sesiones,
Con un cuerpo de profesores competentísimo en ciencias naturales, con un país inexplorado aun científicamente en su geología, orografía y mineralogía, con un naturalista de la altura de (Carlos Germán) Burmeister, con astrónomos como (Benjamin) Gould, con una academia de ciencias naturales para promover el desarrollo de la riqueza de nuestro país, no ha de permanecer estéril o ignorado para el mundo científico.
Imprenta nacional
Creo llegado el momento de crear una imprenta nacional, para proveer a las necesidades cada vez más apremiantes de la educación, de la administración y de las letras. La de Washington es la primera del mundo por la capacidad de trabajo y por la utilidad de su auxilio. Merced a ella, el gobierno americano es el que más datos suministra a las otras naciones y a su propio país sobre las múltiples tareas de los gobiernos. Si hay industria que deba ser fomentada por el gobierno, es aquella que reproduce, difunde y populariza los trabajos del pensamiento, los progresos de la ciencia, o los datos administrativos.
Papel, fundición de tipos, grabado en madera, litografía, encuadernación, todas estas son materias y artes que entran en la simple expresión gráfica de una idea.
Cierre
(…) Después del sic semper tyranis (“así siempre con los tiranos”) 1 aplicado a Lincoln al clavar un puñal en su pecho y del incendio de París a petróleo por la Comuna en nombre de la libertad, los gobiernos honrados e inteligentes tienen un refugio inviolable contra la calumnia, en la inflexible lógica de la historia, que es la Justicia Divina en la tierra.
Quedan abiertas, Señores Senadores y Diputados, las sesiones del Congreso de 1874.
“En ferrocarriles, líneas telegráficas y caminos carriles, nuestro país marcha a la vanguardia de esta parte de América”, decía Sarmiento.
“Los códigos de comercio y civil popularizados, ponen a nuestro pueblo en mejores condiciones que otros”, mencionó en el discurso.