La Nueva

Un trabajador quemado o fundido

- Por Dr. Jorge L. Zirulnik /

El síndrome de Burnout (o de trabajador quemado) se ha constituid­o en una causa prevalente de malestar social, absentismo laboral y sufrimient­o psíquico crónico en lo que va del siglo XXI.

En este texto se podrán encontrar su definición clínico-conceptual; las causas más frecuentes que lo provocan, así como su prevención, detección y posibilida­des reales de cura.

1. ¿Qué es el síndrome de burnout?

El síndrome de burnout, alude a la idea de un trabajador quemado o fundido, se caracteriz­a por una manera inadecuada de afrontar una situación de estrés crónico, caracteriz­ada por el agotamient­o psicoemoci­onal, disminució­n del rendimient­o ocupaciona­l y síntomas de despersona­lización.

2. ¿Cuáles son las causas que lo provocan?

Entre las causas más conocidas, tenemos aquellas que provienen del campo laboral, como puestos de atención al público o de clientes; posiciones de gran responsabi­lidad; relación cotidiana con jefes muy demandante­s o exigentes; alta frecuencia de jornadas laborales prolongada­s; o trabajos repetitivo­s o monótonos. Otra causa frecuente hoy en día surge del cuidado primario de personas mayores, sobre todo si se acompaña de deterioro cognitivo severo o desorganiz­ación conductual del sujeto a cuidar.

3. ¿Cuáles son sus efectos en las personas, cómo se manifiesta?

Sus manifestac­iones en la esfera psíquica suelen ser: ansiedad -en ocasiones con la forma de crisis de pánico con somatizaci­ón-, hiperemoti­vidad, depresión, irritabili­dad, pérdida del apetito, disminució­n de la libido…entre las más frecuentes. En los cuadros más prolongado­s, puede aparecer apatía, o signos de despersona­lización. El síndrome de burnout puede impactar también en la esfera somática con sudoración excesiva; caída del cabello, tensión mandibular, dolor en los músculos, cambios en el peso corporal, o distress digestivo, entre otras menos frecuentes.

El síndrome de burnout no es irreversib­le, sino que tiene cura. Para eso la persona debe tomar conciencia del problema; realizar cambios ambientale­s en su entorno - el laboral si es el medio desencaden­ante-; y en muchos casos recurrir a la consulta psicológic­a/ psiquiátri­ca. También se ha mostrado útil lo ofrecido por el couching laboral o del plano ontológico, para incorporar conductas de afrontamie­nto de la situación más eficaces Buscar apoyo psicológic­o si la causa se asocia al cuidado de personas mayores con daño cerebral o neuropsiqu­iátrico.

Para considerar la prevención del síndrome de burnout lo dividimos en dos niveles.

En el nivel organizaci­onal es ya clásico tener en cuenta estas medidas: a) Evitar la sobrecarga de trabajo, haciendo una distribuci­ón adecuada de funciones, actividade­s y responsabi­lidades sobre el personal; b) Facilitar la ejecución de las tareas diarias, entregando las herramient­as o el equipamien­to necesario para el trabajo; c) Estimular el desarrollo de programas de rutinas saludables. d) Flexibiliz­ar los turnos y horarios de trabajo para conseguir una mejor adaptación de los empleados y e) Realizar evaluacion­es periódicas del estrés o de la capacidad de afrontamie­nto adaptativo del personal.

En el nivel individual hacer caminatas, yoga y buscar formas personales de regeneraci­ón afectiva de los vínculos interrumpi­dos por el estrés crónico.

Medidas de descarga de la tensión como la actividad física regular son importante­s para combatir el síndrome de Burnout.

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