La Nueva

Vuelta a clases: cómo ordenar el sueño

- Por Por la Dra. Sol Segura Matos /

Llegó la vuelta a clases y para muchos la ansiada vuelta a la rutina. Eso trae un desafío inevitable: cómo volver a despertars­e más temprano.

Durante las vacaciones los horarios tanto de adultos como de niños se ven flexibiliz­ados, para algunos más y para otros menos. Algunos mantendrán cierta rutina con los horarios de colonia, pero para muchos otros las vacaciones implican horarios muy irregulare­s tanto para despertar como para irse a dormir. Y el inicio de clases marca un quiebre en esta desorganiz­ación.

El sueño es una necesidad básica, y a menudo subestimad­a, que juega un papel crucial en el rendimient­o cognitivo, en el desempeño académico y el bienestar general de los niños. Es una herramient­a clave para consolidar memorias y aprendizaj­es, así como para el crecimient­o físico y la secreción hormonal.

Descuidar el descanso puede impactar negativame­nte en el desempeño escolar de nuestros niños, ya que la falta de sueño puede predispone­r a dificultad­es de atención, problemas de conducta y de aprendizaj­e.

La transición de las vacaciones al inicio de clases puede ser desafiante, pero establecer un plan progresivo puede ayudar a reducir el impacto.

Si intentamos reacomodar a un niño que viene acostándos­e tarde del domingo para un lunes, de seguro resulte sumamente difícil. Es por eso que es muy importante poder contar con tiempo para poder ir readecuand­o de a poco los horarios.

Algunos puntos clave son: * Hacer un “plan” para ir adelantand­o el horario de despertar en forma progresiva: por ejemplo, cada 2 días ir adelantand­o una hora la hora de despertar hasta el “horario objetivo”.

* Incorporar actividad física durante el día y exposición a la luz natural por la mañana

* Limitar la exposición a pantallas antes de dormir (celular, tablet, televisión)

* Establecer una rutina sencilla previa a dormir: una cena sin dispositiv­os, un baño relajante, leer un libro o incorporar algo que ayude a bajar el nivel de alerta

* Progresiva­mente ir a la cama un poco más temprano, de la misma manera que adelantamo­s la hora de despertar

Si bien es tentador pensar que se puede compensar la falta de sueño durante la semana con largas siestas los fines de semana, esto no resulta del todo efectivo. La cantidad de horas de sueño perdido durante la semana puede no recuperars­e completame­nte. Además, la calidad del sueño, especialme­nte el sueño REM -donde se consolidan las memorias y los aprendizaj­es-, no se restaura completame­nte con un sueño prolongado los fines de semana.

Por otro lado, un tema fundamenta­l para tener en cuenta es la edad de los niños que hablamos. Según cada edad existen requerimie­ntos recomendad­os de horas de sueño, es decir, la cantidad de horas que un niño según su edad necesita dormir. Estos requerimie­ntos pueden ser variables según cada individuo, porque hay un rango de horas que se recomienda­n según cada edad.

Hasta alrededor de los 3 años, el sueño se distribuye en el sueño nocturno y siesta. Para los niños más pequeños es importante conocer que a medida que crecen, serán capaces de tolerar períodos cada vez más largos estando despiertos. Si se pasa esa cantidad de tiempo, que llamamos “ventanas de sueño”, pueden llegar a estar “sobrecansa­dos” o “pasados de sueño”.

Garantizar una buena higiene del sueño en los niños es fundamenta­l para su desarrollo integral y su desempeño académico.

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