Una atención particular a las amenazas aéreas durante la inauguración olímpica
Se viene la gran cita deportiva en París y el principal objetivo de las autoridades francesas es velar por la seguridad del público y los deportistas. Se trabaja en un estricto plan integral.
Por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos, la ceremonia de apertura no será en un estadio. El 26 de julio de 2024, el río Sena permitirá la navegación de las 206 delegaciones ante unas 326.000 personas ubicadas en los muelles.
Una primicia que también plantea muchos interrogantes sobre la seguridad de tal acontecimiento. La amenaza mayor, según el ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, vendrá del aire y para ello se están preparando.
De este a oeste, los 10.500 atletas cruzarán en barco el centro de París. Un desfile fluvial de 6 kilómetros por el río Sena hasta la Torre Eiffel para encender la antorcha olímpica que iluminará los 16 días de competencia.
Esta ceremonia de apertura tendrá un reto logístico y de seguridad sin precedentes, ya que hay que vigilar los 206 barcos de las delegaciones, así como el acceso de los afortunados que podrán ver la ceremonia desde los muelles.
El número de espectadores se ha fijado en 326.000, de los cuales 222.000 no pagarán, anunció el ministro Darmanin, invitado al noticiero estelar del canal France 2. En directo detalló el dispositivo de seguridad que se desplegará para esta ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París.
Habrá diversos controles en la ciudad antes de poder acceder a los alrededores del río Sena y de Trocadero, donde será el punto final de la ceremonia inaugural.
Todos los que compren sus entradas nominativas serán investigados por los servicios de seguridad, para saber sí constituyen una amenaza.
Se movilizarán “2.000 policías municipales” en París. El número de agentes de seguridad privada necesarios se estima entre
“18.000 y 24.000”.
Además, el Gobierno movilizará a 45.000 miembros de las fuerzas de seguridad interior de la región parisina (Île-de-France). Por primera vez, trabajarán conjuntamente unidades de élite de la policía y la gendarmería.
Darmanin explicó que será necesario que el viernes 26 de julio se cerrará completamente el espacio aéreo en un radio de 150 killómetros alrededor de París. Se trata de impedir cualquier intrusión de aviones enemigos.
“En los aeropuertos de Roissy, Orly, Beauvais y Le Bourget, los aviones no podrán volar desde las 19 horas hasta la medianoche para garantizar que ningún aparato perturbe la ceremonia inaugural. Este cierre del espacio aéreo, sí me atrevo a decirlo, garantizará la seguridad”. Y este cierre del espacio aéreo es una primicia, según el ministro del Interior.
Otra amenaza aérea, aún más cercana a la ceremonia, es la de los drones. Gérald Darmanin asegura que Francia dispone de todos los conocimientos técnicos necesarios para neutralizarlos.
“También tenemos una campaña anti drones muy importante: un dron cargado de explosivos, puede ser sin duda, la forma en la que podrían cometerse los atentados en el mañana… Francia garantizó el éxito de las operaciones antidrones en Qatar durante el Mundial de fútbol. Fueron gendarmes franceses quienes lo hicieron, ¡así que sabemos hacerlo!”. El Ministerio de Defensa se encargará de la lucha antidrones.
También se vigilarán los balcones de los habitantes cercanos al Sena. Lugares privilegiados en el que se espera que se reúnan más de 200.000 personas para ver la ceremonia. Con varios días de antelación, se controlará a residentes y comerciantes.
Por el momento, no se ha identificado ninguna amenaza importante, aseguró el ministro.