La Nueva

Debate encendido sobre el futuro de la industria del libro

Con la presencia de Malumian (director de la Feria de Editores) y Avelluto (ex ministro de Cultura de Macri) debatieron sobre la intención del Gobierno de derogar la Ley del Libro.

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l editor Víctor Malumian, uno de los fundadores de Ediciones Godot y director de la Feria de Editores que nuclea al sector independie­nte, y Pablo Avelluto, ex ministro de Cultura de Mauricio Macri y, durante años parte del engranaje de los grandes grupos editoriale­s, debatieron sobre la intención del Gobierno de derogar la llamada Ley del Libro pero también sobre el rol de las librerías, el peligro de la “bestseller­ización” del mercado y el rol que el Estado debe jugar en la promoción del libro ante un

Eauditorio repleto de editores, libreros, gestores culturales y lectores que se congregaro­n en el patio de la librería Eterna Cadencia para escuchar un intercambi­o que buscó tender nuevos puentes entre las orillas. A la cita, organizada por Fundación Filba y con el apoyo de Infobae, no faltó nadie: estaban los editores Carlos Díaz de Siglo XXI, Sebastián Martínez Daniell de Entropia, Alejandro Katz de Katz Editores, Maxi Papandrea de Sigilo, pero también la librera y escritora Cecilia Fanti; Gabriela Comte del Museo de Arte Moderno; el ex director de Planeta, Ignacio Iraola; la directora de Filba Amalia Sanz; el director del Centro de Estudios y Políticas Públicas

del Libro de la Escuela IDAES, Alejandro Dujovne y Sebastián Lidijover, a cargo de la comunicaci­ón de Anagrama, entre otros.

La periodista Patricia Kolesnikov tuvo a cargo la tarea difícil de moderar una charla que, por momentos, generó protestas, réplicas y cotilleo en el público. Como todo buen debate.

La presentaci­ón de la charla, la primera cuatro del ciclo “Conversaci­ones Urgentes”, estuvo a cargo de Pablo Braun de Eterna Cadencia también presidente de Filba.

“Mucha de la informació­n de la que consumimos es algorítmic­a, cercana a lo que pensamos y estamos poco acostumbra­dos a escuchar y toparnos versiones contrarias a lo que pensamos. Eso nos empobrece muchísimo”, sostuvo y puntualizó especialme­nte en la presencia de Avelluto: “Valoro la valentía de que haya venido Pablo a un auditorio que podría imagidecim­ientos nar, en principio, incómodo”.

Kolesnikov retomó esa idea para abrir la charla: “Me hizo acordar a algo que me contó Eduardo Sacheri durante una entrevista. Que extrañaba esa época en la que en los asados se encontraba con el primo comunista, el peronista y el de la Ucedé y se mataban discutiend­o hasta que se tomaban todo el vino y se olvidaban. Hoy ya eso no pasa. Está difícil ir a un lugar donde hay cierta divergenci­a. Incluso, bloquear en una red social es como taparse los oídos, apagar al otro”.

El precio

Avelluto recogió el guante después de tantos agrapor la supuesta valentía de concurrir a la cita.

“Tuve durante muchos años posiciones directivas en el sector editorial y aunque fue hace años no siento que este sea un territorio enemigo. No necesito ningún tipo de coraje para venir a una librería. La Ley del Libro tiene muchas facetas y un gran error es reducirla a una discusión de plata”. Después, expuso su argumento: cree que el precio del libro es una herramient­a para los libreros y que ellos deberían acomodarlo a su perfil, su local, su público. Para él, el problema no estaría en la competenci­a con las grandes superficie­s sino, con la venta online masiva del estilo de Amazon que sí permitirá tener precios más bajos. “¿Muero de ganas de que cada librero pueda vender el libro al precio que se le cante? ¡No! Es una discusión mucho más profunda. Quiero dejar en claro que no comparto nada con este Gobierno. Ni el rumbo, ni cómo reforma la legislació­n, ni lo que hace”, remarcó y dijo “entender y comprender” las razones de los que no piensan como él.

“Entonces, tengo fe de que ni siquiera vamos a gritar”, le devolvió Malumian con un chiste. El editor aclaró que, por un lado está el debate de tipo intelectua­l sobre el mercado del libro y, por el otro, una arista política vinculada a la coyuntura en la que está planteada la derogación. “La ministra de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires no salió a decir nada, el secretario de Cultura de la Nación no quiso reunirse con nosotros. Políticame­nte esto no hay quien discutirlo pero intelectua­lmente sí -¡y es muy divertido hacerlo con Pablo!- Por eso estamos acá para discutirlo desde las ideas y las pruebas”.

“Hay que proteger a las editoriale­s y a las librerías porque están buenísimas, no porque son débiles”, aclaró el editor Malumian.

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 ?? ?? “Hay que proteger a las editoriale­s y a las librerías porque están buenísimas, no porque son débiles”, aclaró el editor Malumian.
“Hay que proteger a las editoriale­s y a las librerías porque están buenísimas, no porque son débiles”, aclaró el editor Malumian.

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