Un tema que toca lo íntimo
Otros países están haciendo pruebas. En Francia se está desarrollando un ecobarrio en París que recogerá la orina para fertilizar los espacios verdes parisinos.
Amparo Henríquez, una de las colaboradoras.
Después de algunos días de reposo, la combinación de ambos líquidos desencadena lo que los científicos llaman una “precipitación del fósforo”, que es la solidificación de este mineral en cristales de color blanco del tamaño de un grano de arena, listo para ser usado como fertilizante.
Unos 500 gramos de estos cristales podrían fertilizar una tonelada de tierra para cultivar tomates, pone como ejemplo la experta.
La cantidad de cristales formados depende de la calidad del líquido o los nutrientes que contenga. Es distinto si la orina es “fresca” o si es la primera del día.
En uno de los experimentos se utilizaron cuatro litros y medio de orina y 250 mililitros de agua de mar para producir unos 80 gramos de cristales, precisa la científica chilena.
Reticencias
La técnica es prometedora. Un humano orina en promedio un litro y medio por día. Crutchik estima que, si la orina humana del mundo se reciclara, el 20% de los fertilizantes sintéticos podría reemplazarse por estos cristales.
Aunque recién a finales de año espera calcular el costo de producción, cree que sería mucho más “económico” que los fertilizantes artificiales, por la gran cantidad de materia prima disponible.
La masificación de fertilizantes en base a orina choca, sin embargo, con legislaciones locales y algunas reticencias de la gente.
En Chile, la orina no aparece en el listado de los 679 fertilizantes autorizados por las autoridades, por lo tanto “no se puede utilizar”, dijo la científica.
La propuesta podría contribuir también a reducir los efectos devastadores que el exceso de fósforo genera en lagos, ríos y océanos hasta donde llegan las aguas servidas.
De acuerdo al Programa para el Medio Ambiente de la ONU, la contaminación por fósforo “es una de las principales causas de la pérdida de biodiversidad y contribuye a la degradación de los ecosistemas de los que depende la humanidad”.