Por qué escuchar a Gabis y La Pesada
El disco que plasma esta colaboración, reeditado en vinilo, fue mucho más allá de lo que se esperaba de un virtuoso del blues. E inaugura algo aproximado a la “psicodelia fantástica”.
La fiebre del vinilo, que se ha desatado y que no es producto de ninguna alucinación, permitió reinstaurar obras mayúsculas del rock argentino. OK, obras que están disponibles en YouTube arropadas en el hashtag “Full álbum”, pero que con la púa penetrante ganan en densidad y recuperan su contexto expresivo. Entre ellas, vale destacar la que Claudio Gabis hizo con La Pesada en 1972, que va mucho más allá del talento descomunal de un guitarrista puesto a jugar con un colectivo de músicos sin red como el que lideraba Billy Bond.
Claudio Gabis y La Pesada, tal el título en cuestión, es un Everest de psicodelia y locura que Gabis escaló apuntalado por sus lecturas de Lovecraft. “Ese grado de psicodelia es irrepetible. Mi química, claramente, ya no es la de aquella época; tampoco mi espontaneidad, entonces cercana al libertinaje creativo. En ese disco me atreví, junto con los compañeros de La Pesada, a encarar la plena libertad, sin ninguna restricción comercial ni estilística, y a combinar sin prejuicios todas las músicas que me gustaban, desde el jazz al blues, de lo clásico al rasga y del rock a la bossa de Jobim”, revisó el mismo Gabis cuando le pedí una retrospectiva sobre lo más jugado de su carrera.
“Más que presión, sentía necesidad de transmitir algunos mensajes muy claros que me preocupaban o simplemente me interesaban –añadió en la misma charla–. Blues del terror azul, a mi juicio el tema más importante del disco, es una confesión del miedo y de la angustia que sentíamos muchos por lo que se estaba gestando en Argentina; Boogie de Claudio, una visión humorística del deseo de abrirme los sesos, de entender más lo que me pasaba a mí y al mundo que me rodeaba; y “La trilogía fantástica”, tal como hoy la llamo, formada por Más allá del valle del tiempo, El viaje de Lord Dunsany y Fiebre de la ruta, fue un homenaje a la literatura fantástica de Lovecraft y sus seguidores, cuya lectura me apasio- naba, me inspiraba y me sugería una historia de nuestro universo que quizás pudo suceder”.
Los nombres que se atropellan en la ficha técnica también ayudan a entender la relevancia de Claudio Gabis y La Pesada. Además de Alejandro Medina, bajista y excompañero de Gabis en Manal, participaron Billy Bond (puntal de La Pesada), Kubero Díaz (violero incontenible, cuyo pensamiento siempre encajó en los proyectos que cultivaban la vida en comunidad) y Jorge Pinchevsky (el violinista lisérgico que ayudó a todo tipo de extralimitación setentista).
¿Quién fue el baterista de este disco bestial? Fueron dos, en realidad, Isa Portugheis y Jimmy Márquez.