Número Cero

Aprende a ser…

- Rogelio Demarchi Especial

En la solapa de Sol robado, su primera novela, Milton O’Neal Walsh (foto) se presenta como el director del taller de escritura creativa de la Universida­d de Nueva Orleans, ciudad donde vive. Siempre resulta atractivo leer la primera novela de un autor para analizar con qué propuesta ingresa al campo literario, pero aquí el interés se potencia por ese dato: ¿cómo escribe quien enseña a escribir? Se podría decir que la fórmula de Walsh combina el fragmento, el ritmo y el suspenso: capítulos de extensione­s parecidas en los que el nudo de la historia se desarrolla en dosis homeopátic­as, lo que da lugar a ramificaci­ones más o menos digresivas que van completand­o el cuadro pero sin develar demasiado. Y, en el centro de ese cuadro, un narrador en primera persona que cuenta en su adultez la dramática situación que vivió en su angustiant­e pubertad.

La dramática situación: tenía 14 años y disfrutaba del clásico sueño americano en un típico barrio de la clase media alta y blanca del sur de los Estados Unidos, cuando alguien violó a su amor imposible, su vecina Lindy, de 15, crimen que quedó impune, aunque hubo cuatro sospechoso­s. Él, claro, era uno de ellos.

La angustiant­e pubertad: tal vez no haya nada más angustiant­e para un púber/adolescent­e que no saber quién es uno y pensar que el enigma se resuelve no dejándose llevar más o menos por los deseos que se van percibiend­o en el interior, sino adoptando los rasgos de personalid­ad que se supone que le interesan a la persona que ocasionalm­ente nos gusta. Y como al narrador le gusta Lindy de la manera más obsesiva que se pueda imaginar, lo único que hace es mirarla todo el tiempo (hasta convertirs­e en un vo

yeur) para deducir qué cosas definen el tipo de varón en el que ella se fija. Que nunca es él, por supuesto.

Así, Sol robado es una novela de iniciación algo tierna, a pesar de la violación, que retrata con bastante precisión el contexto en el que crecieron quienes nacieron a mediados de los años 1970. Hay marcas culturales, políticas y tecnológic­as claras y globalizab­les en las que no sólo se puede reconocer un estadounid­ense.

¿Es efectiva la fórmula, entonces? En alto grado lo es. Pero tiene dos puntos débiles. Uno: la extensión; si hubiese sacrificad­o algunas anécdotas, al ahorrar páginas, ganaría en potencia porque el punto ciego del cuento al que quería llegar no las necesita.

Dos: en ese punto ciego, hay finalmente una relativiza­ción del valor de la verdad, no cuando sucedieron los hechos sino ahora cuando los relata. Ese valor es la clave de la moral que lo sostiene. Si no puede enfrentarl­o ni transforma­rlo en un “rasgo-de-época”, vuelve a desdibujar­se... y ya no es un jovencito.

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 ??  ?? Sol robado Milton Walsh Tusquets 336 páginas $ 349 Un hombre recuerda su historia de adolescent­e cuando fue acusado de violar a una vecina de 15, quien era su amor imposible.
Sol robado Milton Walsh Tusquets 336 páginas $ 349 Un hombre recuerda su historia de adolescent­e cuando fue acusado de violar a una vecina de 15, quien era su amor imposible.

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