Un edificio con historia
En 1895 se inaugura la Penitenciaría 1 de San Martín. El proyecto fue creado por el arquitecto Francisco Tamburini, quien también construyó el teatro San Martín. El diseño proponía cinco pabellones en dos plantas que confluían en el centro.
En el año de la inauguración, la población carcelaria era de 164 reclusos, que fueron alojados en dos pabellones, los únicos que estaban concluidos en ese momento.
Entre los hechos más aberrantes que ocurrieron en la cárcel, dos se destacan por su escalofriante violencia. El primero fue el fusilamiento de 29 presos políticos en 1976, realizado por directivas de Luciano Benjamín Menéndez, comandante del Tercer Cuerpo del Ejército en los años de la última dictadura militar.
El segundo fue más reciente: el motín de 2005. En una cárcel hacinada, unos 1.700 presidiarios habitaban un espacio con una capacidad para 700. En esa oportunidad, murieron ocho personas, entre las que se encontraban dos guardiacárceles, cinco presos y un policía. Por este motivo, en el último período de gobierno de José Manuel de la Sota, se decide cerrar y demoler el complejo carcelario.
Diez años después de aquel sangriento suceso, fue trasladada la totalidad de los reclusos: la mayoría a la cárcel de Bouwer y un grupo más pequeño a la Penitenciaría de Cruz del Eje.
Por su parte, los organismos de derechos humanos, encabezados por Luis Miguel Baronetto, pusieron un freno a la demolición del edificio, porque consideraron que era fundamental para preservar y resguardar pruebas fundamentales para los juicios de lesa humanidad.
En la actualidad, se llevan a cabo obras de demolición de un sector de la penitenciaría. Se conservarán unos 16 mil metros cuadrados sobre un total de 28 mil, entre los que se encuentran aquellos espacios vinculados al proceso militar. El objetivo es crear un espacio de la memoria.