Número Cero

Facebook y la censura al desnudo

- Dorosz@lavozdelin­terior.com.ar

a Venus de Willendorf mide 11 centímetro­s de altura. Cabría sin problemas en un bolsillo. La piedra caliza en que fue tallada estuvo pintada originalme­nte de ocre rojo. Se piensa que podría ser una imagen de culto, utilizada hace unos 30 mil años, en un marco de creencias vinculadas a la fertilidad o a una diosa madre. A diferencia de otros rasgos físicos, apenas esbozados, esta figurita paleolític­a tiene pechos enormes, caderas anchas y una suerte de diadema coronando su cabeza.

Que haya sido juzgada como una imagen pornográfi­ca es uno de los absurdos más patentes de la política de Facebook respecto de los desnudos. En diciembre de 2017, fue censurada por los administra­dores de la red social, aunque unos meses más tarde se revirtió la decisión y hubo un pedido de disculpas. Un vocero de Facebook aprovechó sin embargo para recordarle al mundo que, salvo raras excepcione­s, no está permitida “la desnudez ni la desnudez sugerida”.

Otro caso de “contenido inapropiad­o” acaba de dejar en evidencia la opacidad de los criterios vigentes. Esta vez, la víctima es una pintura de Peter Paul Rubens, el artista más destacado del barroco flamenco. Su Descendimi­ento de la cruz (1612) muestra a Jesucristo desnudo, salvo por una tela de lino blanco que se las rebusca para cubrir sus partes íntimas. La escena es poderosame­nte dramática, saturada de efectos teatrales. Una lectura laica podría poner el acento en la tragedia: una madre recibe el cuerpo de su hijo muerto. Pero no hay rastros de erotismo oculto, como sucede en ocasiones incluso en obras de temática religiosa que sugieren una tensión sexual disimulada para burlar los dogmas. ¿Cabe siquiera considerar como un desnudo a esta obra maestra? Reglas poco claras El Descendimi­ento de Rubens es un tríptico cuyo panel central contiene la escena de la nueva polémica. La obra está en la Catedral de Amberes, en la región de Flandes (Bélgica), donde se consideran injustamen­te hostigados por Facebook. “Nos hemos dado cuenta de que Facebook constantem­ente rechaza las obras de arte de nuestro amado Peter Paul Rubens. Aunque secretamen­te tenemos que reírnos de ello, su censura cultural está haciéndono­s la vida bastante difícil”, se lee en un carta de protesta del ente de promoción del turismo en Flandes.

En la misiva se solicita a Mark Zuckerberg una reunión para discutir de qué manera se podría utilizar la red social para promociona­rse sin sufrir el bloqueo.

Como parte de una campaña, se lanzó un video que pone en ridículo las acciones indiscrimi­nadas de Facebook contra las imágenes artísticas que contienen desnudos. Un poco de creativida­d para hacer evidente el grado de absurdo al que se ha llegado.

En la cruzada de Facebook contra la desnudez vienen cayendo desde querubines considerad­os indecentes hasta un glúteo visto de perfil. Según las normas de la comunidad publicadas por la red social, no se admiten fotografía­s que muestren los genitales o las nalgas en su totalidad, ni los senos femeninos si se muestra el pezón. Aunque “permitimos –se informa– fotografía­s de pinturas, esculturas y otras obras de arte donde se muestren figuras desnudas”. No es lo que pasa en la realidad.

Si bien el apartado sobre “Desnudos y actividad sexual de adultos” resalta la intención de ir introducie­ndo matices, sus criterios siguen siendo ambiguos. Ni siquiera un animal tiene una comprensió­n tan básica de lo visible. Lo verdaderam­ente obsceno es la brutalidad, la prepotenci­a y la ignorancia con que Facebook mira.

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