EL PADRE DE LAS BESTIAS
Ricardo Piglia es el escritor argentino que más sabe de novelas policiales y que mejor ha reflexionado sobre la vinculación de la realidad y la ficción delictiva. Director de la Serie Negra en los años 70, a través suyo el país conoció masivamente a autores como Raymond Chandler, Dashiell Hammett y Horace McCoy. Plata quemada es la novela negra más famosa de Piglia. Basada en un hecho real, narra el golpe, la huida y el final de un grupo de delincuentes comunes que, acorralados por la Policía, prendió fuego el botín de medio millón de dólares que había robado de una sucursal del Banco Provincia. Corría 1965 y Piglia siguió el caso en los diarios obsesivamente. “Me atrapó el hecho del incendio, quería entrar en sus cabezas, entender qué los impulsó a quemar tanto dinero”. Para el escritor, la necesidad de descifrar la psicología del individuo violento es lo que más atrae a los lectores de policiales. “Uno comienza a leer y necesita saber más. Comprender cómo es posible para un ser humano semejante desenlace”, aclara. El caso Barreda fue probablemente el que más audiencia atrapó en la historia de la tevé nacional. En 1995, el país siguió en directo las jornadas maratónicas del juicio oral. “La trama atrapa cuando uno se siente interpelado por el relato y, de alguna manera, Barreda cumplió un deseo tabú. Vivimos en una sociedad machista llena de odio”. La literatura está en diálogo constante con el delito. Así como hay casos reales que son llevados a la ficción, Piglia señala que la ficción también tiene efectos sobre la realidad. Ejemplos: el homicida de John Lennon, quien imitaba al protagonista de la novela El Guardián en el Centeno, y John Hinkley, quien disparó sobre Ronald Reagan en 1981, creyendo ser el personaje de Robert De Niro en Taxi Driver.