En la cancha y en la noche En los años 60, las radios se hicieron chiquitas y portátiles. En los 70 empezaron las transmisiones de 24 horas y la radio de trasnoche.
también a Héctor Larrea, quien condujo durante 36 años “Rapidísimo”, un producto que paseó por varias radios pero se consolidó en Rivadavia. La música era el elemento aglutinador de los bloques perfectamente precisos.
Con las urgencias de los nuevos tiempos, la radio se convirtió en una usina informativa. La “primera mañana” (de 6 a 9) y el “regreso” (de 17 a 20) se fueron convirtiendo paulatinamente en los horarios monopolizados por los programas de coyuntura. “Magdalena tempranísimo”, conducido por Magdalena Ruíz Guiñazú desde 1987, es un ejemplo típico. Allí se combinan entrevistas con móviles y columnistas; y hasta un momento con canciones de María Elena Walsh para despertar a los chicos.
Otro clásico ineludible de la radio informativa es “El rotativo del aire”, que desde hace 55 años, se emite por Radio Rivadavia. Y, claro está, la voz de Ariel Delgado desde Radio Colonia, que revelaba lo que no se podía informar durante los años de la última dictadura militar.
Revolución FM
En 1975, apareció la frecuencia modulada (FM) y con ella la apuesta para no perder la audiencia juvenil. Luego, durante la década del 80 dieron sus primeros pasos varios programas que hoy acaparan el favor de las audiencias de todo el país. Uno de ellos es “Juntos”, el programa que desde la cordobesa Cadena 3 conduce Mario Pereyra, probablemente la figura de la radio del interior más escuchada. Otro programa que ahora se considera un clásico y que nació en los 80 es “Demasiado tarde para lágrimas”, que arrancó en 1987,