De Rusia con sabor
Durante años te dedicaste al sushi del equipo de fútbol Shajtar Donetsk. ¿Cómo fue esa experiencia?
Lo más divertido era viajar, seguir la Champions League, la UEFA. La cocina es muy restringida entre deportistas de elite: energética, nutritiva y liviana a la vez.
¿Qué otros destinos te marcaron?
Trabajé en Costa Rica, en Chipre y en Azerbaiyán, donde fui responsable de la cocina del presidente. Cada país tiene sus secretos y materias primas. Un trabajo para curiosos; para descubrir alimentos, idiomas, idiosincrasias y relaciones diferentes con la cocina.
¿Qué les gusta comer a los rusos?
Ahora está de moda la cocina latinoamericana, sobre todo la peruana. Están aprendiendo a comer cebiches y, con esa excusa, logré meter empanadas en las recepciones de lujo... La receta de mi abuela, de carne. Aunque ellos las acompañan con vodka.
¿Y la cocina rusa, qué tal?
Interesante. Se puede dividir en dos. La cocina zarista, pre-revolucionaria, marcada por el lujo y productos carísimos. Cuando los bolcheviques mataron al zar, lo enterraron con toda su familia y con su chef francés. La cocina soviética tiene como mucho siete productos: remolacha, papa, repollo, cebolla, harina y creatividad, para no aburrirse.