¡Que paren de crecer!
Después de las altas temperaturas de enero las plantas han crecido mucho. Es momento de recomenzar con las tareas de control del cerco, podando el crecimiento exuberante. Las enredaderas aún tienen sus ramas tiernas, poseen flexibilidad y se pueden orientar atándolas suavemente. Más adelante serán palos duros y necesitaremos atarlas con más fuerza dañando, en algunos casos, la corteza. Por otro lado, las enamoradas del muro tienden a desarrollar hojas grandes, desagradables a la vista, si no se podan manteniéndolas pegadas a la pared.