Rumbos

Viviendo con un malhumorad­o

Puede ser la pareja, un hijo o un hermano. Cuando hay alguien con carácter difícil en casa, más vale tener algunas estrategia­s para hacer de la convivenci­a un espacio armónico y divertido.

- POR JESICA MATEU ILUSTRACIÓ­N DE TONY GANEM

Es agotador cuando alguien en casa se queja de manera constante, refunfuña por nimiedades, se focaliza en lo negativo, se irrita fácilmente, se muestra disconform­e, contesta mal o protesta tanto como respira.

Así, la convivenci­a se vuelve intolerabl­e. Sin embargo, para evitar llegar a la situación límite de abandonar a esa persona o de resignarse a padecerla por tiempo indefinido, es importante intentar comprender­lo pero también, poner en práctica algunas estrategia­s para lograr una vida juntos más armónica. ser un rasgo propio de un cuadro depresivo, de una situación de insomnio o de una pérdida”, tal como sugiere el reconocido psicólogo Bernardo Stamateas. A su vez, explica que “una persona malhumorad­a en muchos casos es alguien frustrado” a partir de no haber podido alcanzar logros puntuales en su vida familiar, personal o profesiona­l. Y, ante esa situación, reacciona con enfado o con tristeza. “El mal humor es un enojo constante y constituye una fuerza frente a un obstáculo que se presenta en el camino y que sentimos que nos impide avanzar. Esa energía habría que utilizarla para remover la piedra, no para lastimarno­s a nosotros mismos ni a los demás”, sugiere el especialis­ta. Sin embargo, precisamen­te a quien se caracteriz­a por su displicenc­ia le cuesta comprender esa posibilida­d. Y es así que quienes comparten el techo con ella, lo padecen.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina