Relatos salvajes
Reaparece un libro emblemático que revela los entretelones de la escena del rock argentino de los ochentas.
Fabiana Cantilo y Fito Páez enamorándose en la cocina, los Redondos agitándose arriba de escenarios improvisados, noches interminables repartidas entre amores y alcohol, Calamaro dando sus primeros pasos, excesos arriba y abajo de la tarima, temas que se convertirían en himnos de una época, delirios, peleas y secretos. Todo está. Lo emblemático de este libro –leído y releído en su momento como una biblia rockera– comienza ya con la tapa, en la que queda capturada la actitud de cuatro de sus más grandes protagonistas. Acomodados en torno a un sillón rojo, Charly, Fito, Cerati y Cantilo desafían a la cámara sin pizca de pudor. Al día siguiente de la producción de fotos, Charly se internó en una clínica de rehabilitación. Cuando salió, le regaló a su analista un ejemplar del libro recién impreso: “Acá tenés la historia de mi vida”, le dijo. Veinticinco años después, se reedita. A lo largo de sus páginas, plagadas de jugosas anécdotas, las autoras plasmaron las andanzas de las figuras más talentosas del rock ochentoso. Desde los problemas con la policía a la salida de los recitales durante la dictadura y la creación de los espacios que se convertirían en lugares de culto −como Cemento o el Parakultural−, hasta las prematuras muertes de ídolos como Federico Moura y Luca Prodan. El libro, que puede devorarse en una tarde, deja al lector con un gustito nostálgico... ¿El tiempo pasa, nos vamos poniendo tecnos?