Bronquiolitis
El virus sincicial respiratorio (VSR) es uno de los principales causantes de la bronquiolitis, una enfermedad respiratoria que afecta las vías aéreas inferiores o bronquiolos, es de fácil contagio y se transmite de persona a persona por el contacto directo con secreciones nasales. Representa un riesgo para la salud pública por el gran número de hospitalizaciones en los bebés de alto riesgo.
La población más vulnerable a esta enfermedad son los bebés prematuros de bajo peso, menores de 32-35 semanas y con un peso menor a 1.500 gramos; o con ciertas afecciones pulmonares producto de haber recibido ventilación mecánica por largo tiempo, así como niños con cardiopatías congénitas.
En abril se inició el período anual de mayor circulación del virus, por lo que debemos estar atentos a la prevención. Como para la bronquiolitis no existe una vacuna, es muy importante reducir la exposición del bebé al virus con las siguientes medidas de cuidado: Impulsar y mantener la lactancia materna. Lavarse las manos. Evitar la contaminación ambiental con humo (ya sea de cigarrillo u otros). Evitar el hacinamiento. Concurrir a los controles rutinarios con el médico.
Cumplir con el calendario nacional de vacunación y las vacunas que determine el pediatra, tanto para el bebé como para quienes conviven con él.
Sólo para los más vulnerables: cumplir con el esquema completo de inmunización pasiva que actúa como un “escudo” para la protección de esta población vulnerable. La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) recomienda, teniendo en cuenta las semanas de circulación viral, iniciar la profilaxis durante el mes de abril, con una aplicación mensual del anticuerpo monoclonal de hasta un máximo de 5 dosis.
La inmunización pasiva está incluida en la Estrategia Integral de Prevención de Infecciones Respiratorias en prematuros de alto riesgo del Ministerio de Salud de la Nación, y en niños con cardiopatías congénitas con inestabilidad hemodinámica significativa. La inmunidad persiste por un período acotado, por lo que es fundamental la aplicación mensual de las dosis para mantener los niveles adecuados de anticuerpos durante la época de mayor circulación viral.
Los principales síntomas de bronquiolitis son mucosidad nasal, tos y catarro; la respiración se hace más rápida, aumenta la tos y la respiración se torna ruidosa y con sibilancias. El niño se agita fácilmente. Puede tener dificultad para alimentarse o para conciliar el sueño y fiebre con temperatura mayor a 38°C. Ante la aparición de los primeros síntomas, es indispensable consultar al médico. •