LA CAPITAL QUE NO FUE
A 30 años del ambicioso proyecto de Raúl Alfonsín para trasladar la administración federal a Carmen de Patagones, Guardia Mitre y la actual capital de Río Negro, el proyecto continúa vigente tanto en el inconsciente como en las normas, la cultura y las ob
Si el viento llevara y trajera recuerdos, y la historia fuese un libro desgajado, en la ribera de Carmen de Patagones, Guardia Mitre y Viedma volverían palabras, imágenes, sonidos de aquellos días –hace ahora ya 30 años– en los que ese enclave de la Patagonia pudo convertirse en la capital de la Argentina. Tal vez pocos recuerden hoy que ese proyecto –sin dudas, entre los más trascendentes del gobierno de Raúl Alfonsín–, llegó a sancionarse como ley y todavía muchos menos sabrán que esa norma estuvo vigente hasta hace apenas dos años.
Las razones por las que nunca se concretó el traslado son múltiples y variadas. De tiempo en tiempo, de manera cíclica, originan que la discusión sobre el sitio del distrito federal aparezca y desaparezca.
Descentralizar la administración federal con la radicación de los tres poderes y empresas de gran envergadura en la Patagonia fue lo más sobresaliente, pero la iniciativa