La vida de un trago
¿Qué sucede entre imaginar un bar y su décimo aniversario?
Intentamos mantener la misma búsqueda de calidad y de frescura, pero con la madurez llegaron mejoras, capacitación y nuestro propio saber. No es tan intuitivo.
878 creció con el paladar local y el gusto por una nueva coctelería. ¿Cómo ven esa experiencia docente, tanto de consumidores como de una nueva generación de bartenders?
Abrimos un bar siendo muy jóvenes y aprendimos con el público. Somos contemporáneos de una generación a la que le interesaba tomar buenos tragos fuera de los grandes hoteles, en lugares más rockeros y relajados.
¿Cuáles son los favoritos argentinos