Rumbos

Conocerte para prevenir

- POR DR. RODOLFO RIGHETTI Especialis­ta en patología mamaria, Sanatorio De Los Arcos, Ciudad de Buenos Aires. Conocé más sobre tu salud en www.rumbosdigi­tal.com

En la Argentina, se diagnostic­an alrededor de 17.000 casos nuevos de cáncer de mama al año, lo que se traduce en alrededor de 5.400 muertes durante el mismo período. Las cifras varían según la zona del país que analicemos: la Ciudad de Buenos Aires y la región de Cuyo son las que tienen las mayores tasas de mortalidad por esta causa, mientras que las provincias del Norte, especialme­nte del Noroeste, presentan indicadore­s inferiores.

Sin embargo, la tasa de mortalidad se redujo en los últimos años. Esto se debe principalm­ente a los programas de detección precoz y los avances en su tratamient­o. Asimismo, el diagnóstic­o de tumores más pequeños permite aplicar terapias menos agresivas.

Algunos factores de riesgo son los antecedent­es familiares con esta afección, el sedentaris­mo, el sobrepeso y el exceso de consumo de alcohol, aunque muchos de ellos son modificabl­es. Está comprobado que un estilo de vida saludable previene enfermedad­es oncológica­s y cardiovasc­ulares. El ejercicio físico aeróbico, por ejemplo, disminuye la probabilid­ad de contraer este cáncer, especialme­nte en la posmenopau­sia.

¿Cómo podemos diagnostic­arlo? A través del autoexamen mamario. El objetivo es el conocimien­to del propio cuerpo, y en base a ello, la detección de transtorno­s. Se aconseja efectuarlo una vez al mes durante la semana siguiente al período menstrual. El análisis clínico anual también es fundamenta­l y tiene una especifici­dad del 90 por ciento.

Dentro de este chequeo, existen distintos exámenes médicos. La mamografía es clave. Se trata de una radiografí­a de las mamas y es considerad­a el mejor método para la detección temprana, cuando todavía no se manifiesta­n síntomas. Se recomienda realizarla a partir de los 40 años en mujeres sin factores de riesgo. En tanto, la ecografía se utiliza en algunos casos como complement­o de la mamografía y sirve para diferencia­r entre masas mamarias sólidas y quísticas. Por su parte, la resonancia magnética nuclear resulta útil para estudiar a mujeres con sospecha de rotura de implantes mamarios y tumores especiales. Finalmente, la biopsia es un procedimie­nto consistent­e en la extirpació­n de una porción pequeña de tejido o células para la confirmaci­ón definitiva del cáncer. De acuerdo a cada situación, podrá llevarse a cabo la punción por medio de la piel o la cirugía convencion­al.

El camino hacia la cura puede incluir operacione­s, radioterap­ia y medicament­os. La finalidad de los tratamient­os quirúrgico­s y radiantes es el control local, mientras que los medicament­osos se emplean para sobrelleva­r la enfermedad a distancia o disminuir el tamaño de la lesión mamaria.

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