El pequeño rey de la comedia
Protagonista de la exitosa peli “Permitidos”, ¿por qué todos insisten en decir que es el Woody Allen argentino?
Si bien Martín Piroyansky lleva casi veinte años de carrera como actor, es la primera vez que se topa “con tanta popularidad”. Claro, protagoniza Permitidos, la taquillera película en la que comparte protagónico con la arrolladora Lali Espósito, mucho más acostumbrada a codearse a las lides del mundo mediático. ¿Qué balance hacés del bautismo en el mundo de la fama? Me gustó visitarlo sabiendo que, pronto, volvería a mi mundo más pequeño y modesto. Pero me reconforta haber coprotagonizado una película vista por casi 400 mil espectadores. ¿Te importa la taquilla? Me empecé a interesar a partir de que dirijo (Abril en Nueva York y Voley), porque el público alimenta al director, es el changüí para estar una semana más en cartel. Si no me viera nadie, la dirección la hubiera abandonado. De todas formas, una cosa es que desee que mis películas tengan exposición y otra es que yo me sienta cómodo dentro de esa faceta estelar que abomino.
Ya desde sus comienzos, cuenta Piro –como le dicen en el ambienteque era un actor rebuscado y acomplejado, contradictorio, con iniciativas imposibles y lleno de conflictos en torno a qué pretendía como actor a futuro. “A los 20 tenía tal ciclotimia que me hacía dudar si quería seguir o no adelante…”, recuerda, serio, quien empezó a ser valorado como intérprete en películas como XXY, Sofá Cama y la desopilante Cara de queso, de su amigo y socio Ariel Winograd, con quien trabajó en todas sus películas y se convirtió en su actor fetiche. No son muchos los actores jóvenes que se inclinan, casi definitivamente, para el lado de la comedia. ¿Qué