Lazos de familia
La última novela de Mazziotti alumbra los amores y desencuentros de una familia de inmigrantes calabreses.
Puede pasar que la lectura de Amores calabreses, la última novela de Nora Mazziotti, eche luz sobre la propia historia de muchos argentinos. Y no es porque el derrotero familiar que se cuenta sea idéntico a otros, sino porque la autora construye su libro desde el universo sensible de la inmigración italiana que llegó a la Argentina entre 1880 y 1950, arrastrando consigo estrecheces y recuerdos, parvas de familiares, lazos de solidaridad e historias de romances grandes y silencios aún mayores. Con una prosa intensa a la hora de describir vínculos afectivos, la novela cuenta los vaivenes familiares, de toda una vida, en torno de los nonos Bianca y Gaetano, “abuelos” de la voz que narra la historia (¿antepasados de la misma Mazziotti, dibujados por su recuerdo?). Llegados desde Calabria en 1880, los Bompiani montan una empresita de encomiendas y giros en Buenos Aires, para que sus paisanos calabreses mantengan contacto con Italia. Les escribían también las cartas a los analfabetos, que eran mayoría... Pero después de años de bonanza, el negocio quiebra y Gaetano huye a Calabria, abandonando aquí a sus ocho hijos y a Bianca, que sacará a flote a la familia trabajando a destajo, mientras el monólogo interno crece a la par del dolor: “¿Por qué me hiciste esto Gaetà? ¿No querías a tus hijos? ¿A mí? ¿Cómo será tu final estando lejos? Partite, crudele”.