Misterio entre rieles
Desconcierto, suspenso y una frenética búsqueda se entremezclan en La chica del tren, el bestseller del momento.
La chica del tren, que encabeza hace meses las listas de los más vendidos en Estados Unidos, Reino Unido e incluso la Argentina, acaba de arribar a los cines del país. Luego de su divorcio, desempleada y sumida en el alcoholismo, todos los días Rachel simula ir a su trabajo y pasa con el tren por su vieja casa, habitada por su exesposo y su nueva familia. Tratando de no concentrarse en ellos, fantasea con la vida idílica de Megan y Scott, una pareja que ve desde la ventanilla. Hasta que un día, Rachel se despierta cubierta de sangre y heridas, sin recordar la noche anterior. Y en los medios, una shockeante noticia: Megan ha desaparecido. Tres narradores, tres puntos de vista y saltos en el tiempo le dan dinamismo a este thriller que avanza a ritmos diferentes, como un viaje: con tramos en que la velocidad baja porque se viene una curva, y con lapsos que se vuelven vertiginosos y tensos porque hay que llegar con potencia a una parada. A lo largo de 491 páginas, Hawkins construye un camino de huecos, momentos confusos y detalles que conducen a un final emocionante e inesperado. La virtud de la autora radica en el uso de las pistas falsas. El lector intuye quién es el culpable desde el inicio, pero luego empieza a sospechar de otro. Y de otro. Así, hasta el final. Es el ejemplo perfecto de lo que los anglosajones llaman “pasapáginas”: su nivel de adicción es muy alto. Un éxito rotundo, que no estaba premeditado.