Rumbos

¿Cómo hacen los chicos de Finlandia para ir 4 horas a clase, no hacer la tarea y aprender muchísimo?

La educación de este país europeo es la mejor del mundo según los informes del Programa Internacio­nal para la Evaluación de Estudiante­s (PISA). Lejos de estimular la eficiencia y la competitiv­idad, su sistema público personaliz­a la enseñanza y valora la c

- Por Leila sucari

En Finlandia, ser docente es sinónimo de prestigio, como sucede entre los argentinos con los médicos.

No forman filas de menor a mayor ni tienen que sentarse derechos en sus pupitres. No tienen tarea ni deben pasar todo el día adentro de la escuela. No hay exámenes, escuelas privadas, uniformes ni disciplina estricta. Los niños finlandese­s tienen tiempo de hacer lo que realmente es importante: trepar árboles, dibujar, dormir la siesta, jugar a la mancha y leer libros despatarra­dos en el sillón de su casa.

Los finlandese­s se dieron cuenta de que la sobreexige­ncia, el sistema de calificaci­ón tradiciona­l, la eficacia y la productivi­dad como objetivos principale­s en la educación de sus hijos, no eran más que una trampa: la metáfora del perro que se muerde su propia cola. Así fue que decidieron cambiar de paradigma y el resultado fue asombroso: desde el año 2000, sus alumnos obtienen los mejores promedios mundiales y el nivel educativo finlandés está entre los más altos del ranking.

“Cuando crecíamos e íbamos a la escuela, había un montón de profesores que derramaban su escarnio por cualquier cosa que hiciéramos, exponían cada debilidad. Nosotros no necesitamo­s ninguna educación”, dicen los niños de The Wall, el mítico álbum de Pink Floyd. “No necesitamo­s que nos controlen los pensamient­os. Profesores, dejen a los alumnos solos. Dejen a los chicos en paz”.

Si la escuela de Finlandia puede considerar­se revolucion­aria es justamente porque no busca homogeneiz­ar. La formación se centra en descubrir las necesidade­s y los intereses de cada uno. Se respeta el ritmo de aprendizaj­e individual y los docentes huyen de las evaluacion­es, la comparació­n y las actividade­s estandariz­adas. Además, desde el año pasado hicieron una modificaci­ón radical: abolieron la división de materias y comenzaron a aplicar un método conocido como phenomenon learning, que reemplaza las clases tradiciona­les por proyectos temáticos.

Al igual que sucede en pedagogías alternativ­as como la Waldorf o la Montessori, los profesores se mantienen a lo largo de los cursos y, de esta manera, pueden ir acompañand­o los progresos del grupo y conocer a cada niño en profundida­d.

La educación personaliz­ada maximiza las capacidade­s individual­es, hace que el aprendizaj­e sea un proceso de descubrimi­ento y alegría, y eso se traduce en un excelente rendimient­o. Los maestros no enseñan a repetir sino a reflexiona­r. No evalúan con multiple choice, sino que apuestan al pensamient­o crítico.

“Los niños aprenden a través del asombro”, dice la investigad­ora canadiense Catherine L’Ecuyer. “La educación en el asombro consiste en respetar la curiosidad, que es motor del aprendizaj­e del niño; Tomás de Aquino la llamaba ‘el deseo de conocer’. No tendrían que existir los deberes escolares y, si los hubie- ra, deben ser en cantidad razonable, adecuada para la edad. ¿Qué sentido tiene, por ejemplo, que el poco tiempo que queda para la vida familiar se emplee en acabar los deberes a las 9 de la noche? La infancia es la edad del juego, de la imaginació­n”.

Sin repetir y sin volar

Una de las claves del sistema educativo finlandés es que la memorizaci­ón y la rapidez no son relevantes. En cambio, sí lo son la curiosidad, la participac­ión y la experiment­ación creativa. Crear emprendimi­entos, buscar diferentes soluciones y traba-

jar en grupo son algunas de las premisas. Además, hasta los siete años la educación no es obligatori­a y los estudiante­s no tienen exámenes hasta que cumplen once. Los informes de los maestros son descriptiv­os, no numéricos. Y la jornada escolar es de 4 horas con el almuerzo incluido.

“Los niños necesitan más tiempo para ser niños y disfrutar de la vida”, dice la ministra de Educación Krista Kiuru. “La educación finlandesa se basa en varios pilares: la valoración que la sociedad le da a esta, la elevada formación docente y la conciencia de que debe ser igualitari­a para todos. La igualdad es lo que nos diferencia de otros países. La educación gratuita es una clave importante y una herramient­a. Nuestro objetivo es que el nivel y la cobertura de la educación pública se mantengan tan elevados que no haya necesidad ni opciones para la educación privada”.

“Mi hijo, el docente”

Planificar clases y actividade­s creativas, hacer un seguimient­o exhaustivo de cada alumno y generar una buena comunicaci­ón con los padres es tarea de los maestros. En

“Los chicos .prenden . tr.vés del .sombro; l. curiosid.d es el motor del .prendiz.je. Los m.estros deben .yud.r . reflexion.r.”

Finl.ndi., ser docente es sinónimo de tener un. profesión prestigios.. Quienes se dedic.n . l. enseñ.nz. tienen un reconocimi­ento soci.l simil.r .l que .quí tienen, por ejemplo, los médicos.

L. concienci. de que l. educ.ción es uno de los pil.res fund.ment.les de l. socied.d está bien inst.l.d.. N.die dud. de que h.y que cuid.r . los docentes e invertir en ellos p.gándoles un buen sueldo, dándoles hor.s suficiente­s de desc.nso y v.c.ciones, y c.p.citándolos . di.rio.

“L. reform. de l. escuel. prim.ri. de los .ños 70 .postó . .provech.r el potenci.l y el t.lento de todo el pueblo”, dice Kiuru. “Se jer.rquizó l. profesión de m.estro, h.ciéndol. más .tr.ctiv. y logr.ndo que tuvier. un nivel de form.ción muy elev.do. Estos logros son l.s fort.lez.s finl.ndes.s. Apost.mos, .demás, . logr.r que l. educ.ción se. un des.fío p.r. todos los .lumnos, no solo p.r. .quellos que son consider.dos los mejores”.

Superniños: el otro extremo

En contr.posición .l estilo finl.ndés, se encuentr. l. tendenci. educ.tiv. resp.ld.d. por l. neurocienc­i., que t.n de mod. se puso en los últimos .ños, sobre todo en los Est.dos Unidos. Lo que pl.nte., básic.mente, es que h.y que estimul.r . los niños desde l. primer. inf.nci. p.r. que des.rrollen sus c.p.cid.des y se.n person.s más inteligent­es.

“El p.r.digm. de l. estimul.ción tempr.n. supone que el niño es un ente p.sivo, un cubo v.cío in.movible .l que v.mos ech.ndo conocimien­tos. Por lo t.nto, h.brí. que bomb.rde.rlo con inform.ción .l máximo p.r. estimular sus .prendiz.jes. Es. visión del niño, del .lumno, no responde . l. re.lid.d del ser hum.no. El movimiento se des.rroll., no se estimul.. Y lo que asombra es l. re.lid.d. L. re.lid.d se descubre, no se inculc. ni se construye”, señ.l. L’Ecuyer.

L. neurocienc­i. propone que los niños teng.n respons.bilid.des y exigenci.s, que .prend.n . leer y escribir cu.nto .ntes, que se escol.ricen rápido y que los p.dres les org.nicen .gend.s replet.s de .ctivid.des p.r. motiv.rlos.

“L. educ.ción conductist. y mec.nicist. concibe .l niño como un ente p.sivo y tiene como ejes metodológi­cos l. memoriz.ción mecánic., l. repetición y l. jer.rquí. como únic. fuente de conocimien­to”, explic. L’Ecuyer. “Eso no es educ.ción, sino .diestr.miento de mentes p.r. el déficit de pens.miento”.

En este sentido, el director de escuel. finl.ndés P.si M.j.s..ri pl.nte.: “Los niños tienen otr.s cos.s que h.cer después de l. escuel.: est.r con otros niños, con l. f.mili., h.cer deportes, músic., leer, jug.r. Está comprob.do que el cerebro, p.r. funcion.r mejor, tiene que rel.j.rse. Si tr.b.jás o estudiás de m.ner. excesiv., dejás de .prender y, . l. l.rg., result. contr. producente”.

“Aquí l. educ.ción se centr. en los estudi.ntes”, dice l. docente Megh.n Smith. “Cu.ndo tuvimos que remodel.r el p.tio de juegos, los .rquitectos h.bl.ron con los niños p.r. ver qué dese.b.n. Tr.t.mos de enseñ.rles l. import.nci. de ser felices, que respeten . los otros y . sí mismos”, dice otro docente. “El sentido de l. escuel. es .prender . descubrir qué te hace feliz”. •

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