Rumbos

PAMPITA AL AMOR DESPUÉS DEL AMOR

UNA CHARLA INTIMÍSIMA CON UNA MUJER FUERA DE LO NORMAL.

- TEXTO JAVIER FIRPO FOTOS JOSEFINA NICOLINI

Cabeza en alto, mirada clavada en un punto fijo. Pampita sonríe y derrite cámaras, flashes y micrófonos que apuntan hacia su figura impecable y hacia ese rostro inmaculado, siempre coronado por una sonrisa. Una marea de periodista­s asiste a la presentaci­ón de “Desearás al hombre de tu hermana”, el filme que constituye su bautismo cinematogr­áfico. Por popularida­d y glamour, por el rating que genera, por los seguidores que posee, por su codiciado novio deportista y por los contratos que firma, Carolina Ardohain está a la altura de una estrella de Hollywood. Pero aquí es Pampita, una marca registrada de cabotaje que el poder de la televisión primero, y la incidencia en las redes sociales después, instalaron en la vida cotidiana de la gente. No obstante, Carolina Ardohain, la mujer de carne y hueso, la madre de Bautista, Benicio y Beltrán, se reconoce “una madre normal” y desmitific­a a su alter ego, nada menos que la mujer argentina más deseada… por los medios, por los hombres y también por las mujeres, reconoce ella. ¿Te das cuenta lo que generás?

Yo lo vivo con tranquilid­ad, pero es ciertoquee­xiste una fantasía con todo lo que pasa conmigo y a mi alrededor. Soyuna persona conocida, entiendo bien cómo se manejan los mediosytra­to de adaptarme para no padecerlos. Tengo en claro hasta dónde es mi vida laboral y cuándo empieza la privada. Me gustajugar con ese límite pero la que todosven esun personaje que tiene una fuerza yuna energía que no tiene la persona de entrecasa. ¿Te sentís por momentos en un reality show? Hoy la vida seexpone más que antes. Yo decido hasta dónde y qué mostrar. No tengo una cámara que me sigue lasveintic­uatro horas… ¿Considerás éste tu mejor momento después de tanto sufrimient­o? Estoy atravesand­o una etapa maravillos­a, queespero no se acabe nunca. Me siento una madre enamorada de mis hijos, aquienesve­o bien, estoy en un presente laboral inmejorabl­e ysentiment­almente encontré en Pico (Mónaco) a un hombre maravillos­o, que supo entenderme en todo sentido, y subirse conmigo a este proyecto… …Que no era nada sencillo. ¡Había que subirse!, ¿no? (Sonrie) Reconozco que no era sencillo pero a su vez Pico tuvo una capacidad de adaptación increíble, porque dejó el circuito de tenis, actividad que hizo toda su vida, y rápidament­e pegó una súper onda con la tele, quees el terreno de juego en el que yo habito. ¿En qué teayuda Pico? A que brille todos los días,aque tenga ganas de sonreír y aque me sienta confiada ysegura en otros aspectos, algo que me hace mucha falta ytanto se lo agradezco. ¿Se aguantó tus escenas subidas de tono en“Desearás…”? Como un caballero. Él leyó el guión y estuvo presente en el set de rodaje durante varias jornadas. Pico siempre fue parte, nada de lo que hice le provocó extrañeza ni sorpresa. Creo que lo vivió con orgullo y yo me sentí tranquila.

En la piel de Ofelia

En una habitación de hotel, Rum

bos es el huésped de una estrella quemuestra paciencia y amabilidad ante cada entrevista. Oficio y fluidez dominan a estamujer que en enero cumplirá cuarenta y resulta más linda personalme­ntequea través de la pantalla. Incluso de la pantalla grande, que la tiene como centro de la escena en “Desearás al hombre de tu hermana”, película hot en la que Carolina seatrevió a un bautismo cinematogr­áfico cargado de erotismo. ¿No dudaste nunca ante semejante propuesta? Al contrario, a medida que iba leyendo el guión más ganastenía de hacerla. Me enamoré de esta posibilida­d que me dieron, me enamoré de Ofelia, mi personaje. Ofelia, una mujer que desea lo ajeno,como es el novio de su hermana… Ella sienteque la posee el sentimient­o y el deseo, pero no porque sea el marido de su hermana Lucía (Mónica Antonópulo­s)... En realidad está muy en carne viva el tema de las hermanas,que también son dos polos opuestos a la hora del sexo. Una gozaa través de la otra, la que no puede sentir por lo menos goza cuando la ve sentir a la otra. Siempre tanreserva­da, suena raro escucharte hablar así… Hay prejuicios, todos lostenemos.Y aquí habla Ofelia, no te olvides. Se había pensado en vos paraLucía, la hermana de Ofelia, más sumisay tranquila… El director Diego Kaplan y la autora Erika Halvorsen advirtiero­n que yo encajaba mejor en la piel de Ofelia, por lo que no tuve inconvenie­ntes… Y terminé fascinándo­me con el proyecto en general. Me parece que mi debut en cine tenía que ser así, bien fuerte, con algo que sorprenda. ¿Quién se iba a imaginar que mi primera vez en cine iba a ser en una película caliente ysexual como ésta? ¿Te sentís identifica­da con Ofelia? Ofelia esuna chica muy libre, que va al frente. No sé si yo soytan libre como es ella, pero sí tengo esa cosa de provocar sin tener una razón determinad­a. Ofelia esuna mujer de la que sin tener mucho que ver conmigo sería amiga mía, creo que la justificar­ía todo el tiempo. ¿Te llamó laatención algo de vos en tu primer rodaje? La inocencia con la que me entregué a los ensayosy al rodaje. Siendo como soy me sorprendió no prejuzgarm­e, tal vez por tratarse de algo nuevo… No incurrí en tics ni en comparacio­nes, supongo que porque se trataba de algo diferente ysin antecedent­es para mí. Me sentí plenamente libre en todo el proceso, incluso me dejé moldear a la necesidad de lo que se tenía que hacer, y esofuemuy valorado por Erika, que me reconoció queestaba cautivada por la fortaleza y fragilidad que yo irradiaba… Sisediera la oportunida­d de reincidir, ¿qué te gustaría hacer? Volver a sorprender, obviamente. Y quizás en la piel de una buena turra.

“Pico me ayuda a que brille todos los días, a que tengas ganas de confiar y sonreir, algo que me hace mucha falta”.

Con objetivida­d, ¿cómo calificarí­as “Desearás…”? Como un peliculón que me recuerda a los comienzos de Almodóvar, por esos colores,ese desenfado y esa ironía que tenía, por ejemplo, “Atame”.

Entre Pampita yCarolina

Estamos charlando con Carolina, no con Pampita, por lo que el ida y vueltaesse­reno, a pesar del entorno frenético que la corteja. Carolina observa, escucha yse toma el tiempo para responder, a pesar de quea veces recurra al casete. “Pampita es lo que la gente ve y es la que siempre semuestra entera, la que va para adelante y no flaquea de ninguna manera. Y Carolina esuna mujer vulnerable, más frágil a la que la gente no tiene acceso”. Carolinaes­tá eclipsada por Pampita, que brilla casi todo el día… No me parece. Creo que se tiene una imagen mía que yo no tengo. De todas maneras Pampitaes la que sale a trabajar, la conocida, la que aparece en la tele, y Carolina es la madre y ama de casa, la que cocina y hace las compras. Cada una tiene su rol bien definido. Ellasse llevan bárbaro. Vivís inmersaen elmundo mediático. Todo lo que hacés pasa por las redesysevi­raliza… ¿Necesitás un espacio que te contenga, un poco de silencio, quizás? Necesito amor y contención, por supuesto. Y buena onda me sobra gracias aque mis hijos me llenan de energía positiva. Realmente ellos, con un abrazo, me abstraen de todo esemundo ruidoso y mediático del que soy parte hace mucho y que, finalmente, no tiene importanci­a. ¿No tiene importanci­a? Suena como si vos decidieras cuándo tener más o menos exposición… Es que yo decidí tener estaexposi­ción cuando hace poco menos de dos añostomé las riendas de mi carrera. Nada de lo que me sucede me tomó de imprevisto. Todo es buscado. Yo quise volver a la televisión, quería tener mi programa, y quería debutar en cine. Decidiste tomar las riendas de tu carrera justo después de tu separación de Benjamín Vicuña… Yo trabajé casi toda mi vida, pero es ciertoqueh­ubo un momentoque decidí correrme de la vidriera para dedicarme a mi familia y acompañar. Una vez disuelta la relación sentí la necesidad de renacer, de volver a ser, de retomar mis actividade­s, porque el trabajo disciplina y marca territorio­s que a la pareja le hacen bien. Se te ve inquieta, imparable… ¿Te asusta el tiempo libre? No, al contrario. Le doy la bienvenida cuando aparece. Me gusta parar un poco, descansar, pensar y lo aprovecho al máximo. Leo, voy al cine, al teatro como cualquiera. ¿Cómo te sentís conlosmote­s? “La más linda de Argentina”, “La número uno”, “La más glamorosa”, “La sonrisa más bella”… Ay, no, trato de no hacerme eco, aunque no puedo dejar de reconocer que me sientoquer­ida, muy pero muy querida… Querida por los abuelos, por los chicosysob­retodo por las mujeres, las mujeres –remarcason súper cariñosas conmigo. ¿Te sorprende? Podría no suceder, ysin embargo me ven en la calle y me brindan su amor, respeto y calidez. ¿Sos de caminar por la calle, de tener el roce conlavida cotidiana? Claro, todos los días. Yo hago un montón de cosas, las actividade­s que hace cualquier persona, desde hacer compras, ir al banco o buscar a los chicos por el colegio. Me gusta tener los pies en la tierra sin que la fama me distraiga ysólo sea algo intangible. Sos pampeana, de General Acha, nacida en el desconocid­o pueblo de Doblas.En estos tiempos, ¿aparece alguna imagen de ese lugar? Ay,qué lindo refugiarse allí, aunque sea en mi memoria… Recuerdo que los días no pasaban nunca, eran larguísimo­s, sensación que sefue perdiendo cuando lleguéa Buenos Aires, donde el día vuela. En Doblas tenemos otro ritmo, es otro mundo, dormía la siesta… Imagina en BuenosAire­s dormir la siesta... hermoso pero imposible. ¿Te gusta viviren una gran ciudad? Me encanta, es lo que yo siempre quise. Hacer mucho de todo y en una gran ciudad. Por eso no extraño la tranquilid­ad de Doblas. Ya cuando estaba allí en La Pampa sentía que necesitaba hacer, no me alcanzaba con las actividade­s que tenía de nena... Ahora estás en un rol de entrevista­dora en tu programa de la señal KZO. ¿Qué le preguntarí­as a Pampita si la tuvieras aquífrente a vos? (Piensa) ¿Estabas destinada a vivir lo queestasvi­viendo? Porque siento queestoy donde tengo queestar porque tenía que pasar, porqueesta­ba escritoque tenía que suceder este presente con tantas cosas lindas alrededor. Pero la preguntaqu­e me inquietaes­si para este momento tenía que pasar todo lo malo… ¿Y? Si lo hubiera sabido… ¿Qué? Habría estado más aliviada.•

“Una vez disuelta mi relación (con Benjamín Vicuña) sentí la necesidad de renacer, de volver a ser y retomarme”.

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