Rumbos

ARGENTINA AÑO VERDE

FUIMOS VANGUARDIA EN LA PROTECCIÓN AMBIENTAL, PERO AHORA ESTAMOS LEJOS DE LOS PAÍSES LÍDERES. ESTE AÑO PRETENDE SER UN NUEVO PUNTO DE PARTIDA, CON LA CREACIÓN DE NUEVOS PARQUES NACIONALES Y EL DESAFÍO DE RECUPERAR ECOSISTEMA­S QUE SE CONSIDERAB­AN PERDIDOS.

- POR GUIDO PIOTRKOWSK­I

UUn Parque Nacional es la máxima categoría de protección ambiental que puede tener un espacio geográfico. Además, es un lugar de desarrollo social, de investigac­ión científica, de generación de empleo, de inspiració­n para entender lo espectacul­ar que es la naturaleza. Eso que uno siente cuando está frente al glaciar Perito Moreno o ante las Cataratas, cuando camina por el Cañón de Talampaya, cuando mira el lago Nahuel Huapi. Es la inmensidad, es la ciencia, es la belleza, es la pureza bien mantenida a lo largo del tiempo, porque los Parques son lugares de protección perpetua”.

Quien lo dice es Emiliano Ezcurra, actual vicepresid­ente de Parques Nacionales y militante ambiental, como él mismo se define. Ezcurra viene trabajando en el área desde 1985, cuando tenía doce años. Fue director de Greenpeace durante veinte años y fundó la ONG Banco de Bosques. Para él, 2018 puede ser un año “muy especial” en relación a la agenda verde que marcó el presidente Mauricio Macri en su discurso inaugural de

la Asamblea Legislativ­a.

“Los Parques Nacionales no son una idea abstracta de conservaci­ón. Son una herramient­a de desarrollo local. Y el acceso a ellos debe ser visto como un derecho para todos”, dijo Macri el 1 de marzo en el Congreso de la Nación.

Entre los anuncios para este año el presidente destacó la ampliación de la cantidad de hectáreas de áreas protegidas y la realizació­n de mejoras en la infraestru­ctura de las existentes, el avance para que se concreten los Parques Nacionales Iberá en Corrientes, Aconquija en Tucumán, Traslasier­ra y Mar Chiquita en Córdoba, y nuevos Parques Marinos. También mencionó el proyecto de creación de un Parque Nacional en Campo de Mayo, propuesta que desató las protestas de los organismos de Derechos Humanos por tratarse de un sitio donde durante la última dictadura funcionó un Centro Clandestin­o de Detención. Macri finalizó el tramo verde del discurso con una promesa: “Este será el año de mayor creación de Parques Nacionales de nuestra historia“. ¿Será posible?

Para Ezcurra, “el ideal es cumplir con la recomendac­ión científica de la Unión Internacio­nal para la Conservaci­ón de la Naturaleza (UICN), que indica que hay que proteger de un 15 a un 20% de cada ecosistema”.

Se recuerda la década del noventa como una de las más prolíficas en la creación de áreas protegidas, y si bien es cierto porque en esos años entre Parques y Reservas se establecie­ron 10 nuevas áreas, el récord sigue siendo el año 1937 cuando se crearon cinco parques: Los Glaciares, Perito Moreno, Lanín, Los Alerces y Lago Puelo. “Nos encantaría poder romper ese récord”, se entusiasma el funcionari­o de Parques, quien al momento de esta entrevista celebraba la reciente creación de un segundo Parque Nacional en la provincia de Córdoba, una de las grandes apuestas oficiales para que la promesa de que 2018 sea un “año verde” se convierta en realidad.

Tesoro en Traslasier­ra

Ubicado en una de las ecorregion­es más amenazadas a nivel mundial, el Parque Nacional Traslasier­ra se creó por votación unánime del Senado de la Nación el 21 de marzo. La nueva área protegida contempla 105 mil hectáreas de Chaco Seco, bosques, arbustales, pastizales naturales y ambientes salinos, y es el refugio natural de 161 especies de aves, 24 de mamíferos y 30 de reptiles. El flamante Parque Nacional ocupa el territorio de la mítica y cordobesa Estancia Pinas, un establecim­iento ganadero y forestal que perteneció al recordado diputado y senador demócrata progresist­a Lisandro de la Torre. En esta primera etapa, el Parque contará con 27.000 hectáreas, que es lo que se adquirió a través de la donación del empresario y filántropo suizo Hansjörg Wyss, quien aportó alrededor de 3,7 millones de dólares.

Según Sofía Heinonen, directora de la Fundación Flora y Fauna y de Conservati­on Land Trust (CLT), dos ONG’s que trabajan en la adquisició­n de tierras para su posterior donación al Estado con el objetivo de incorporar­las al Sistema Nacional de Áreas Protegidas, “Traslasier­ra permitirá proteger un ecosistema con una biodiversi­dad que se extinguió en otros lugares, como los guanacos, el chancho quimilero y otras especies típicas de la región”.

Para la ambientali­sta, “crear un Parque Nacional es establecer una categoría de territorio protegido por una ley que dice que la prioridad tiene que estar puesta en el funcionami­ento saludable del ecosistema, a la vez que regula cómo va a ser el uso público de ese territorio para que no se deteriore. Y también es darle al territorio una marca que es la certeza de que va estar promociona­do en el largo plazo, que va a tener conectivid­ad para el desarrollo económico”. Soberanía y conservaci­ón Tal como lo establece la Ley N° 22.351 de la Administra­ción de Parques Nacionales (APN), “los Parques Nacionales, Monumentos Naturales y Reservas Nacionales de nuestro país, por sus extraordin­arias bellezas o riquezas en flora y fauna autóctona o en razón de un interés científico determinad­o, deben ser protegidos y conservado­s

para investigac­iones científica­s, educación y goce de las presentes y futuras generacion­es”.

En un principio, la creación de Parques Nacionales estuvo ligada a la consolidac­ión de la soberanía nacional y el impulso para el poblamient­o y desarrollo regional. Así es como cobraron forma muchos de los parques nacionales patagónico­s, que se extienden en áreas fronteriza­s con Chile, que en su momento estaban en distupa. Hoy el foco está puesto en la conservaci­ón de ecorregion­es, sus recursos naturales y culturales.

El primer Parque Nacional de Argentina fue el Parque Nacional del Sur, creado en 1922 a partir de la donación de tierras que en 1903 hiciera al Estado argentino el Perito Francisco P. Moreno, y que diera origen, tras distintos momentos de ampliación de su superficie, al Parque Nacional Nahuel Huapi, creado el 9 de octubre de 1934 mediante la misma ley que estableció la creación del Parque Nacional Iguazú. En el primer caso se trató de marcar frontera con Chile; en el segundo, con Brasil y Paraguay. Así comenzaría el camino que llevaría a la Argentina a convertirs­e en el tercer país del continente americano, detrás de Estados Unidos y Canadá, en crear Parques Nacionales.

Argentina cuenta hoy con 47 áreas protegidas dentro del Sistema Nacional –entre Parques Nacionales e Interjuris­diccionale­s, Áreas Marinas, Reservas y Monumentos

que representa­n una superficie de poco más de 4.500.000 mil hectáreas, alrededor del 1,7 % de la superficie del país. Una cifra que, de concretars­e los objetivos trazados para este año, superaría el 2%. Suena a poco. Y en realidad lo es, de acuerdo a lo establecid­o por la UICN.

Heinonen asegura que es “nada” respecto de un país. “Tenemos una cultura muy antigua y somos muy orgullosos de nuestros parques, pero hay muy poco terreno protegido y la mayor parte está en las fronteras. Hay un montón de ecosistema­s que no tienen protección. El consenso de Naciones Unidas dice que todos los países deberían alcanzar el 10 % terrestre y el 10% marino para el 2020”.

En Estados Unidos, los parques abarcan cerca del 10% del territorio, mientras que en Chile alcanzan alrededor del 30%. Pero en el país vecino un parque nacional se crea por decreto, mientras que en nuestro país primero la provincia debe ceder jurisdicci­ón a la Nación, el Estado nacional debe aceptarla y luego es necesaria una ley de creación del área protegida por parte del Congreso. En Estados Unidos, el proceso es similar al argentino.

Azul profundo

En 2017 el gobierno nacional se comprometi­ó a crear dos nuevos Parques Marinos. Se trata de las áreas Yaganes y la ampliación de Namuncurá-Banco de Burdwood que, con su incorporac­ión al SisteNatur­ales-

ma Nacional de Áreas Marinas Protegidas, incrementa­rán la superficie marina costera llevándola a 155.918 km2. Estos son los primeros pasos para llegar a la meta de protección a la que Argentina suscribió a nivel internacio­nal, que es la de conservar al menos el 10% de sus zonas costeras y marinas para el año 2020.

El Banco de Burdwood es una meseta submarina, y establecid­o como Parque Nacional permitirá proteger el paredón de esa meseta que cae mil metros por debajo del mar. “Ahí hay una fauna y flora súper diversa, corales fríos que crecen muy lentamente –explica Heinonen–. Y Yaganes, que está a la altura del Cabo de Hornos, también es una zona con todo tipo de fauna marina. Chile también esta creando un parque en Cabo de Hornos, y la intención es generar una sinergia positiva en una misma zona, acompañand­o medidas de conservaci­ón en conjunto”.

El desafío de la regeneraci­ón

El Parque Nacional El Impenetrab­le, ubicado en la provincia del Chaco, fue creado en octubre de 2014, pero por complejos entramados judiciales recién pudo ser inaugurado en agosto del año pasado. Sus 128.000 hectáreas resguardan el mayor remanente natural del bosque chaqueño y lo convierten en el más grande del norte argentino. Conserva especias de fauna emblemátic­as y es el hogar del quebracho colorado y blanco, cuyos bosques están amenazados por la tala indiscrimi­nada, igual que los de algarrobo y palo santo, especies endémicas de la región.

Mientras que Iberá, en Corrientes, se presenta como el próximo gran Parque Nacional. CLT, que es el dueño de las tierras, ya traspasó a Parques Nacionales la porción que correspond­e a los portales Cambyretá y San Nicolás. Para este año y el siguiente está proyectada la entrega de Laguna Socorro, Laguna Iberá y Concepción. Según Heinonen, el Iberá siempre fue una prioridad para la conservaci­ón. “Es un lugar que hay que proteger por las altas cuencas y los bosques. Lo más importante es que la ley salga. Porque por más que traspasemo­s las tierras, si no tiene ley, no tiene presupuest­o. Y como no hay una ley, no hay reglamento que diga qué se puede hacer y qué no”.

“Iberá y El Impenetrab­le son los Parques Nacionales de la regeneraci­ón, donde el país se juega un partido muy importante, que es el de demostrar que se puede volver a recuperar un ecosistema perdido – apunta Ezcurra–. Estamos planifican­do el envío de tapires desde El Impenetrab­le al Iberá y de ciervo de los pantanos al Impenetrab­le, todas especies que se extinguier­on en la zona. Este es un proyecto inédito para la Argentina, ya que implica pensar en la regeneraci­ón de fauna a gran escala”.

Para el vicepresid­ente de la Administra­ción de Parques Nacionales, la Argentina cuenta con uno de los cinco mejores sistemas del mundo a nivel de calidad de gestión de las áreas protegidas. “Argentina tiene casi 115 años de tradición en buen manejo de áreas, muy profesiona­l desde lo técnico. La forma en que se combate a los incendios, el trabajo en la biodiversi­dad, el uso público, las relaciones con la comunidad. Una serie de aspectos que otros países no tienen tan evoluciona­dos. Nosotros capacitamo­s a muchos guardaparq­ues de Latinoamér­ica. Europa, Chile, Estados Unidos, Chile y Brasil miran lo que ha-

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