Colombia ya transita por el camino de la paz
“Hay una guerra menos en el mundo, y es la de Colombia”, afirmó el presidente de ese país tras estrechar la mano de “Timochenko”, el líder guerrillero al que le dio la bienvenida a la democracia. “Hoy estamos en una nueva era de reconciliación”, había exp
CARTAGENA DE INDIAS. El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y el líder de la guerrilla de las Farc, Rodrigo Londoño Echeverri, alias “Timochenko”, sellaron en la tarde ayer con su firma un anhelado acuerdo de paz que pone fin a un conflicto armado que causó en los últimos 52 años al menos 220 mil muertos y unos seis millones de desplazados.
Frente a las murallas de Cartagena de Indias, Santos y “Timochenko” anunciaron ante unos 2.500 invitados la paz con la que termina la guerra de guerrillas más antigua del continente.
“Al terminar este conflicto, termina el último y el más viejo conflicto armado del Hemisferio Occidental. ¡Por eso celebra la región y celebra el planeta!, porque hay una guerra menos en el mundo y es la de Colombia”, dijo Santos, en medio de los aplausos del público y una amplia presencia de líderes internacionales.
La histórica firma se concretó tras casi cuatro años de negociaciones celebradas en la Cuba de los hermanos Castro, que en los años ’60 y ’70 fueron un apoyo de las guerrillas de inspiración marxista-leninista, como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, y que jugaron un papel fundamental en estos diálogos.
En el acto de ayer, Raúl Castro, estuvo sentado en una tarima principal junto a los dignatarios invitados, entre ellos el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, todos vestidos de blanco.
La emotiva ceremonia se inició con el ingreso de Santos, quien, acompañado por dos niños, se subió al escenario con una llave con la que abrió dos puertas gigantes instaladas en el centro la tarima y de las cuales salieron los invitados especiales. La apertura solemne corrió por cuenta de la banda musical de Baraona, un coro infantil que cantó el himno de Colombia.
Le siguió la interpretación de las “Alabaoras de Bojayá”, un grupo de mujeres del departamento de Chocó, uno de los más pobres de Colombia y de los más afectados por estas cinco décadas de confrontación armada.
Fue precisamente Bojayá escenario de una matanza ocurrida el 2 de mayo de 2002, cuando una bomba lanzada por las Farc durante un combate con paramilitares cayó en la iglesia en la que habían buscado refugio decenas de civiles que intentaban escapar del enfrentamiento. Este hecho causó la muerte a al menos 79 personas.
Las partes firmaron la paz con un “balígrafo”, proyectil convertido en bolígrafo para la ocasión.
“Señor Rodrigo Londoño y miembros de las Farc: hoy, cuando emprenden su camino de regreso a la sociedad; cuando comienzan su tránsito a convertirse en un movimiento político, sin armas; siguiendo las reglas de justicia, verdad y reparación contenidas en el Acuerdo, como Jefe de Estado, de la patria que todos amamos, les doy la bienvenida a la democracia”, afirmó el gobernante.
El jefe de Estado enfatizó que “cesó la horrible noche de la violencia” que ha cubierto al país “con su sombra por más de medio siglo” y subrayó que “llega el día con todas sus promesas”.
“Lo que firmamos hoy es una declaración del pueblo colombiano ante el mundo de que nos cansamos de la guerra, de que no aceptamos la violencia como medio para defender las ideas; de que decimos fuerte y claro: no más guerra”, añadió Santos.
Uno de los momentos más emotivos lo protagonizó “Timochenko”, cuando pidió perdón a “todas las víctimas del conflicto” y por “todo el daño” que hayan “podido causar en esta guerra”. Su declaración fue respondida con una salva de aplausos y gritos de “sí se pudo” por parte de los asistentes.
Timochenko también pidió que nadie dude de que los miembros de esa guerrilla van “hacia la política sin armas” y que van a cumplir, lo que esperan que también haga el Gobierno. “Hoy estamos en una nueva era de reconciliación y construcción de paz”, agregó Londoño, quien pidió que los colombianos se preparen “para desarmar la mente y los corazones”.
Las Farc iniciarán desde hoy la desmovilización y entrega de las armas que durará seis meses y que se desarrollará en varias zonas convenidas con el Gobierno. La implementación será verificada por un mecanismo tripartito integrado por las partes y con el acompañamiento de la ONU.