El déficit, la madre de todas las batallas

Los índices económicos hacen equilibrio sobre un barranco que puede empezar a tener movimientos riesgosos. El gobierno de Mauricio Macri se enfrenta a un problema recurrente en la Argentina: el déficit público.

Por el momento, el equipo económico intenta moverse en un plano de gradualidad que no lleve hacia situaciones de impacto social y político. Surfea la ola, como se dice popularmente.

Pero el camino que se eligió podría ser preocupante dentro de unos dos años si no se corrigen algunos parámetros de gasto y de financiamiento.

Una explicación pormenorizada de esa luz amarilla que muestra la marcha de la economía del país es nuestra oferta para las primeras páginas de hoy. Ustedes se encontrarán con un detallado informe para interpretar esta realidad compleja y las posibilidades que existen para superarla.

El Gobierno, y menos a un año de las próximas elecciones legislativas, ANTE LA IMPOSIBILIDAD DE CORTAR EL GASTO Y DE RECURRIR A UNA MAYOR IMPRESIóN, SE TOMAN CRéDITOS A TASAS QUE AúN NO SON LAS óPTIMAS. se encuentra con un déficit público que está lejos de ser controlado, como era su promesa electoral.

Un corte al gasto podría significar un mayor freno a la rueda sobre la que se mueve la economía. Ello, además, generaría más despidos y un consecuente incremento de la tensión social.

Ante la imposibilidad de cortar ese gasto y de imprimir moneda, el gobierno central y las provincias están recurriendo al crédito para obtener recursos.

Aunque con la llegada de Mauricio Macri al poder se fueron abriendo los mercados y se destrabó el acceso al sistema financiero que había cerrado el kirchnerismo, la Argentina aún está pagando tasas elevadas.

Según el economista Diego Dequino, para evitar dificultades a futuro el país debería alcanzar una tasa de alrededor del cinco por ciento. Aún se están tomando créditos a tasas que superan el siete por ciento. Como ficha a favor de la nueva coyuntura, habría que recordar que en 2008 Cristina Fernández llegó a pagar el 16%.