Excelente.
Franco y Facundo sacaron siempre la mejor nota en la UNC. Uno terminó Abogacía y el otro, Computación.
Franco Mussano se recibió de abogado en la Universidad Nacional. Es uno de los dos promedios 10.
La Universidad Nacional de Córdoba (UNC) tuvo, dentro del colectivo de 7.213 egresados del año pasado, dos estudiantes de carreras universitarias que se recibieron con un promedio de 10.
Eso significa que nunca, en las varias decenas de materias que tiene una carrera, recibieron en los finales una calificación inferior al 10. ¿Cómo se logra eso? ¿Es suerte, es un objetivo por cumplir, un mandato de alguien, una autoimposición?
La Voz conversó con Franco Mussano, de 24 años, egresado de Abogacía, y con Facundo Gaich, licenciado en Ciencias de la Computación, a punto de cumplir 26.
Los dos ya están trabajando y saben, con una claridad que asombra, qué quieren hacer de sus vidas los próximos años. Aseguran que ser “chico 10” les abrió muchas puertas, pero que les significó también una enorme presión con la que lidiar.
En los dos casos, el 10 en los primeros semestres “vino solo”, pero después tuvieron que estudiar mucho para mantenerlo.
“Es muy lindo y satisfactorio, pero es una presión muy grande, cuando vas a rendir no hay margen de error”, dice Franco.
Cuenta que a veces, en los parciales, se sacaba un ocho o un nueve y que le decían “¿qué te pasó, cómo puede ser?”. O que tenía algunos profesores de Abogacía que solían decir “yo soy un nueve, ustedes todos están abajo”.
“Yo siempre estudié lo más que podía, el 10 es la consecuencia, la frutilla del postre”, asegura.
“Siempre fui muy curioso, creo que eso fue la clave. Con un tema, me metía en un mundo aparte, queriendo saber todo, no me quedaba con un solo libro y jamás te leía un resumen”, reconoce.
Facundo, por su parte, pensaba al principio que en algún momento otra nota iba a cortar la racha del 10. “Pero cuando se van acumulando cada vez más, le empezás a poner más esfuerzos para mantenerlo”, dice.
Aseguran que antes de los finales le dedicaban varias horas al estudio, pero que durante el cursado de la carrera la dedicación era “normal”.
En seis años
Facundo fue abanderado de la Facultad de Matemática, Astronomía, Física y Computación (Famaf), donde estudió, y también de la UNC.
Hizo la carrera en seis años, porque mientras tanto intentó un proyecto con cuatro amigos similar a Mercado Libre –donde hoy trabaja–, pero dedicado a insumos industriales.
“No funcionó, por eso estoy trabajando acá, pero fue una muy buena experiencia”, se ríe, y asegura que estuvo bueno aprender del error.
Desde febrero Facundo tra-