La Casa Rosada descarta suspender al jefe de la AFI
Buenos Aires. El presidente Mauricio Macri pareció quedar conforme con la reacción de su amigo y jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI, la ex-Side), Gustavo Arribas, ante la denuncia según la cual habría recibido casi 600 mil dólares de parte del “cuevero” brasileño Leonardo Meirelles.
Meirelles habría seguido instrucciones de Alberto Youssef, uno de los operadores encargados de pagar las coimas de la constructora brasileña Odebrecht en diversos países y quien amplificó el escándalo Lava Jato al dar a conocer una lista de presuntos cobradores de coimas en varios gobiernos.
Desde temprano se había anticipado en la Rosada que Arribas difundiría un comunicado. Allí se puso a “entera disposición” de la Justicia; negó “absolutamente tener vinculación alguna” con Odebrecht y con cualquiera de los involucrados en el Lava Jato; reconoció haber recibido un pago de 70 mil dólares por la venta de un departamento en Sao Paulo, y rechazó “enfáticamente” haber recibido otros cuatro giros.
Para la Rosada, será ahora el juez federal Rodolfo Canicoba Corral quien decida el futuro de Arribas, el amigo del Presidente que desde agosto, cuando el Senado aprobó su pliego, es el jefe de la AFI.
No habrá, por tanto, medida política alguna de parte de Macri hasta que se aclare la situación de Arribas, denunciado por la aliada gubernamental Elisa Carrió.
Una fuente presidencial descartó que Macri adopte con Arribas una decisión similar a la que tomó con el extitular de la Aduana Juan José Gómez Centurión, quien fue suspendido hasta que se aclaró judicialmente una denuncia en su contra por presunto encubrimiento de contrabando. La aliada de Macri Graciela Ocaña pidió igual trato para Arribas.
“Los casos no son iguales”, dijo la fuente a este diario. Gómez Centurión fue denunciado por ese presunto delito mientras estaba en funciones, en tanto que a Arribas le imputan hechos que ocurrieron cuando no era funcionario.
Pero el caso salpica a Macri. Cuando le tomó juramento, el 29 de noviembre, dijo que lo había convocado por tratarse de una persona “de extrema confianza del Presidente” y porque creía “en su capacidad, honestidad, de muchos años, no de hace poquito”.