La Voz del Interior

Una incógnita llamada Trump

Expectativ­a mundial por su asunción como presidente de Estados Unidos.

- Pamela Subizar Especial desde Nueva York

La asunción de Donald Trump como 45º presidente de Estados Unidos está cargada de expectativ­a, incertidum­bre y temor. Para muchos, es el comienzo de un nuevo sueño americano; para otros, un paso atrás en la lucha contra el racismo y la intoleranc­ia. Ese escenario divido será palpable desde el comienzo de su gobierno en el icónico Capitolio de Washington DC, donde se espera una marcha multitudin­aria de repudio.

Trump llega al poder con un discurso proteccion­ista, reaccionar­io y provocador, un pasado como empresario y personaje televisivo y sin experienci­a política, y luego de enfrentar al establishm­ent estadounid­ense y a Hillary Clinton, una demócrata de carrera que todas las encuestas y medios de comunicaci­ón avalaban. Y con propuestas, en parte inciertas, de cambios en temas como inmigració­n (con foco en deportacio­nes), salud pública, generación de empleo, impuestos y seguridad nacional.

Sobre su espalda carga con el peso de una victoria sin la mayoría del voto popular, de los conflictos de intereses que pueden generar sus negocios y de una supuesta injerencia de Rusia en la elección que afecta su legitimida­d. Vive así lo que los medios locales llaman “la más corta luna de miel registrada”. El período de esperanza y de buena voluntad ciudadana que suele durar unos 100 días poseleccio­nes ya terminó: el republican­o tiene un índice favorable de sólo 37 por ciento, según la última encuesta de la Universida­d Quinnipiac, dada la preocupaci­ón que generan su temperamen­to y la dirección que podría darle al país.

Sus ideas implican un giro político radical tras ocho años de Barack Obama en el poder, un presidente demócrata que se despide con un 60 por ciento de valoración positiva. Con los republican­os controland­o el Congreso, sus chances de generar reformas son altas, si no surgen conflictos internos.

Durante la última semana, declaracio­nes del presidente electo alimentaro­n la incertidum­bre so- bre el futuro de las relaciones del país con Rusia, Israel, la Unión Europea y China (ver página 4). Y también hubo gestos de política interna: avances en acuerdos para sostener la inversión de automotric­es y para anular la reforma sanitaria conocida como “Obamacare”, sin un reemplazo definido. Esto último, podría dejar sin cobertura al 10 por ciento de la población, advirtió el exdirectiv­o J. B. Silvers.

Trump relativizó la desaprobac­ión y el temor. “Las mismas personas que hicieron las falsas encuestas electorale­s, y se equivocaro­n, ahora están haciendo encuestas de rating de aprobación”, disparó el martes en Twitter, la red social desde donde burló y cambió las reglas del juego político. Algo de razón tiene: el magnate ganó contra todos los pronóstico­s y los análisis que desestimar­on el voto de parte de la clase media, del blanco no universita­rio, de los que sufren una crisis silenciosa y buscan un cambio. Cómo lo hizo es un debate que aún sigue abierto en los medios, en las calles y en los hogares de este país.

¿Asunción eclipsada?

La pelea pública entre Trump y las agencias de Inteligenc­ia por el hackeo ruso y por su relación con el presidente Vladimir Putin fue otro de los temas candentes de la semana previa a la asunción. El jefe de la CIA, John Brennan, y el congresist­a John Lewis fueron los blancos de los usuales golpes “tuiteros” de Trump. A Lewis, un ícono en la lucha por los derechos civiles, lo acusó de “todo hablar, hablar, hablar, sin acción ni resultados”, luego de que este cuestionó su triunfo. El cruce acentuó un boicot a la inauguraci­ón presidenci­al y más de 50 legislador­es demócratas declararon que no asistirán al Capitolio. También está descartada la presencia del expresiden­te George H. W. Bush (internado por una infección respirator­ia) y en duda la de su hijo, George W. Bush.

Al faltazo de los políticos se suma la negativa de artistas, como la actriz de Broadway Jennifer Holliday, de unirse a la celebració­n. Pero lo que podría eclipsar el evento es la “Marcha de las Mujeres” convocada para el sábado. Se prevén más 200 mil participan­tes de diversas organizaci­ones, por lo que podría ser una de las protestas más grandes en la historia del país.

Mañana, cuando Trump jure con su mano sobre la Biblia, habrá además unos 30 grupos de protesta en Washington y, de acuerdo con la Coalición de Inmigrante­s de Nueva York, acciones en más de 50 ciudades. Algunos analistas desestiman el impacto recordando las protestas en la asunción de Richard Nixon (1973) y de George W. Bush (2001). Y Trump, por su parte, anuncia un “gran show” y una celebració­n “muy especial, muy hermosa”, mañana y el sábado, con “multitudes masivas”. El Comité Presidenci­al de Inauguraci­ón reveló también que recaudó más de 100 millones de dólares en donaciones para los festejos.

Más allá del espectácul­o, la asunción ha sido siempre la oportunida­d de dar un mensaje de unidad y de definir la política que se viene. La atención estará allí, esperando ver desvanecer la incertidum­bre sobre la era Trump, que tendrá posiblemen­te la huella de Obama. Como dice el historiado­r Jonathan Chait en su libro Audacia (en defensa del demócrata): “Cualquier reordenami­ento a gran escala del poder y de los recursos de la vida estadounid­ense va a enfrentar una resistenci­a, a veces, durante décadas”.

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 ??  ?? Donald John Trump (Nueva York, 14 de junio de 1946) Asumirá como el 45° presidente de Estados Unidos, mañana al mediodía.
Donald John Trump (Nueva York, 14 de junio de 1946) Asumirá como el 45° presidente de Estados Unidos, mañana al mediodía.

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