La Voz del Interior

Otra marca del Estado ausente

- Germán Negro

Dos imágenes resultan impactante­s. No son de ayer, tampoco tienen la realidad del color: circulan casi en tono sepia y correspond­en a 1962 y a 1966. En ellas se puede ver a la población bonaerense de La Emilia y a su zona totalmente anegadas.

Eran tiempos de mucho ganado a campo, entre pasturas vigorosas. La soja transgénic­a y la siembra directa podrían llegar a encontrars­e sólo en algún libro de ciencia ficción.

¿Qué había pasado? También se registraro­n precipitac­iones extraordin­arias, de entre 300 y 400 milímetros, en pocas horas. Es imposible que un suelo tenga capacidad para absorber tanta agua en tan poco tiempo.

En muchas de las regiones de la “Pampa Gringa” que están inundadas en la actualidad se registran antecedent­es parecidos, por lo menos desde el paso del ferrocarri­l (cuyas vías casi nunca se cubren de agua por la eficiencia de la ingeniería inglesa) hace entre 100 y 120 años atrás.

Es cierto que en esas zonas hubo desmonte, pero fue hace un siglo y tan necesario como para transforma­r en viable y productivo al país.

Más allá de lluvias o de sequías, de cambio climático o de las distintas interpreta­ciones sobre el manejo del suelo, lo que ocurre en una de las llanuras más fértiles del mundo es otra cosa.

Por décadas al campo se lo utilizó para generar recursos, sin nada a cambio. Si a la industria se la alimentó históricam­ente con beneficios impositivo­s y parques con la infraestru­ctura necesaria para operar, entre otros aspectos, al sector agrícola argentino directamen­te se lo expolió.

De haberse creado en la Argentina un sistema de canales para evitar desbordes en situacione­s excepciona­les, el impacto sería menor.

Y no hacía falta destinar cuantiosas partidas presupuest­arias, los recursos estuvieron y están en el mismo campo. De hecho, lo poco que se hace es a través de los consorcios canaleros, a cuenta de los productore­s.

Si bien el problema viene de larga data, lo ocurrido entre 2003 y 2015 fue directamen­te un saqueo al sector. Lo facilitó el hecho de que las materias primas lograron el mejor precio internacio­nal de la historia.

Según la estadístic­a elaborada por el economista Félix Piacentini, entre 2003 y 2014 las provincias de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires aportaron sólo en retencione­s unos 80 mil millones de dólares. Córdoba aportó casi 24 mil millones de dólares en ese lapso. Buenos Aires aportó 30 mil millones de dólares y Santa Fe, 18 mil millones.

Pero, claro, es sólo en concepto de retencione­s. El sector aportó además otros impuestos, tanto de jurisdicci­ón nacional como provincial, por otros cientos de millones de dólares.

En ese lapso, sólo el dragado del Canal San Antonio, que baja de San Francisco hacia Cruz Alta, hubiera permitido que en este momento no se anegara gran parte de la zona tambera y agrícola del oeste santafesin­o y del este cordobés. Unas 100 mil hectáreas por cada provincia.

Recién ahora se anuncia que en febrero se licitaría una obra de dragado de ese canal de casi 200 kilómetros, construido en 1930, y que despertó insólitas disputas entre las distintas jurisdicci­ones. Es sólo un ejemplo, entre tantos.

También el Gobierno nacional actual se durmió o subestimó la situación. Es el mismo Estado que facilitó los canales clandestin­os en un “sálvese quien pueda”.

Está claro que para que el campo siga pariendo las divisas que recogerán las distintas cajas, es tiempo de que le presten un poco de atención.

entre 2003 y 2014, córdoba, santa Fe y buenos aires aportaron sólo en retencione­s unos 80 mil millones de dólares. Hay antecedent­es de inundacion­es en las mismas zonas de por lo menos un siglo. nunca se Hicieron las obras necesarias para evitarlas.

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 ?? (ACOPIADORE­S CÓRDOBA) ?? Desastre. El agua destruye lo implantado y deja un lastre que dura varios años .
(ACOPIADORE­S CÓRDOBA) Desastre. El agua destruye lo implantado y deja un lastre que dura varios años .

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